Era un hombre de Dios y quien iba a dudar de su imagen y de la fundación de la que él era la cara visible. Mucho menos si este supuesto hombre de fe prometía construir un futuro barrio cristiano en Chimbas para todo aquel feligrés de escasos recursos que pudiera pagar un lote. Nadie. Así comenzaron a llegar personas interesadas en adquirir una vivienda a bajo costo. Obreros, empleados y hasta jubilados se endeudaron para pagar los terrenos, pero después de 6 años nadie veía que la obra comenzara. Eso despertó la sospecha de algunos asociados que comenzaron una investigación particular y descubrieron que quien les prometía el sueño de la casa propia era un ex pastor que, según la denuncia, estafó a unas 90 familias en más de 1.800.000 pesos, en concepto de pago por terrenos, urbanización y cuotas de casas de un barrio sin construcción hasta el momento.

Según consta en la denuncia, quienes podrán ser investigados por presunta estafa, entre otros supuestos delitos, son el ex pastor Délfor Luis Luna y buena parte de su familia: su yerno Esteban Vega; su hija María Daniela Luna, su esposa Beatríz Anselma Giménez y su suegro Ángel Norberto Vega. También fueron denunciados el secretario de la ex Fundación HIMLA (Helping Integral Ministries in Latin America), Nelson Javier Esquivel y un responsable técnico del proyecto, identificado como Armando Rafael Magariños.

Toda comenzó en el 2003, según los denunciantes. En ese año Délfor Luis Luna empezó a auspiciar la construcción del barrio cristiano "El Nazareno’, ubicado en calle Maradona, detrás del barrio Santo Domingo. a través de la fundación de la cual él era vicepresidente y de una empresa constructora de su propiedad, Alturas S.R.L.

Según fuentes judiciales, Luna pedía $18.000 por cada lote, más unos 4.750 de gastos de urbanización y otros 300 por mes en concepto de cuotas por las futuras viviendas a empezar en entre diciembre de 2009 y febrero de 2010. El ex pastor -dicen los denunciantes- siempre aseguró a los damnificados que la documentación y planos estaban perfectamente aprobados en la Dirección de Planeamiento y en el I.P.V. pero que no estaba registrado en Catastro. En algunos casos reemplazaba por otros a los postulantes que dejaban de pagar. Es más, hasta en la actualidad sigue afirmando que todo está en orden, aseguró Liliana Frías, una de las víctimas.

Así llegó a juntar unos 90 asociados y la suma de $1.860.750 en total entre los socios, calcularon los denunciantes.

Pero la obra nunca comenzó y el "pastor’ nunca argumentó qué hacía con el dinero, por eso Frías pidió ayuda a un gestor amigo, Miguel Boldu, para que investigue el proyecto. Allí descubrieron que los comprobantes de pago dados por Luna no tienen registro en la AFIP y que desde 2004 la fundación no tiene personería jurídica. Encima, el proyecto del barrio nunca fue aprobado en ningún organismo competente de la provincia por falta de documentación y el terreno fue vendido "de palabra’ entre Luna y un hombre de apellido Ortíz, y luego se enteraron que estaba en sucesión, según la denuncia.

Y para mayor sospecha, Luna pasó desde el 2003 de ser un jubilado con un auto viejo a tener tres camionetas sin tener ninguna constancia de sus ingresos, según los denunciantes.

"Este hombre nos hizo un daño moral: nos quitó la ilusión de la casa y encima nos robó. Lo único que queremos es reorganizar la fundación y construir el barrio’, dijo indignada Liliana Frías.