Fueron efectivos de la Policía Comunal de Chimbas los que pusieron al descubierto la maniobra y dejaron instalada una grave sospecha: la posibilidad de que un chico de 12 años hubiera sido enviado por un mayor de su entorno a vender un total de 73 porros de marihuana a la salida de clases de un colegio secundario en el barrio Güemes, en Chimbas.
El niño fue sorprendido a las 11,50 de ayer a metros del colegio San Martín con otro chico de 15 años, ambos en moto. Cuando los avistaron sobre la calle Hipólito Yrigoyen, entre la escuela y la plaza del barrio, el agente Martín Agüero y el chofer Eduardo Trujillano, debieron acelerar para poder saber quiénes eran y qué hacían en el lugar, porque intentaron escapar, dijeron fuentes policiales.
Esa reacción de los chicos generó más sospechas y enseguida ambos fueron demorados, hasta que un palpado de rigor permitió descubrir que uno de ellos, el de 12 años, escondía en su ropa interior una bolsa de nylon con una llamativa cantidad de marihuana, demasiada para considerar que tantos porros eran para consumo personal.
Enseguida arribaron al lugar policías de Drogas Ilegales al mando del subcomisario Marcelo Naveda, para tomar la posta del operativo y tratar de confirmar o no la hipótesis de que el niño había sido enviado a vender la marihuana. Esa era ayer la principal teoría, porque los niños estaban a metros de la escuela y prácticamente a la hora de la salida de clases.
De todos modos ayer un juez de Menores ordenó liberar al mayor de los chicos, pero demoró en la Comisaría del Menor a quien tenía los estupefacientes hasta saber si debe volver con sus padres o quedar en un instituto para menores, pues en la Policía es considerado un menor en riesgo.
Legalmente el chico es inimputable, es decir que no podrá ser procesado al cabo de la investigación y tampoco será castigado por cometer un delito. Pero si se detecta que un mayor está detrás de todo, la situación para esa (o esas) persona será muy distinta y podrá ser encarcelada.