"Me comenzaron a golpear cuando me subieron al patrullero. En el camino, cada vez que frenaban en una esquina o en el semáforo, un policía me pegaba y el otro me daba con la picana". Este es el testimonio que dio ayer el adolescente de 17 años, detenido el domingo pasado acusado de acuchillar a su amigo en Rawson, que aseguró que mientras lo llevaban dentro del móvil los uniformados le daban descargas eléctricas en distintas partes del cuerpo.
El jovencito recuperó ayer su libertad después de pasar 6 días preso en una comisaría, sospechado de darle dos cuchillazos a su amigo cuando bebían juntos en Villa Italia, Rawson. Fue tras su detención, el domingo último a la mañana, cuando sufrió las supuestas torturas por parte de dos policías del Comando Radioeléctrico, de acuerdo a versiones judiciales. El caso salió a luz por el propio médico legista de la Policía, Raúl Iturrieta, quien revisó al chico esa misma mañana en la Central de Policía y detectó que presentaba lesiones compatibles con quemaduras por descarga eléctricas. Otras heridas similares halló en el cuerpo de Adrián Tello, detenido en otro procedimiento en Rivadavia, quien también dijo que fue "picaneado". Esto llevó al médico policial a hacer la denuncia en la fiscalía de turno. El caso ahora es investigado por el juez Guillermo Adárvez, quien pidió informes para individualizar a los policías.
El adolescente de Rawson, en compañía de su familia, relató ayer a este diario que ese domingo estaba ebrio y tuvo una feroz pelea con su amigo. Recuerda el momento en que lo detuvieron y que "ahí nomás, cuando me subieron al patrullero, ya me dieron una patada"’. Según él, el maltrato fue peor durante el trayecto a la Central de Policía. "Me decían: ¿quién le pegó? ¿quién le pegó? por mi amigo. Y yo le decía que no sabía nada, y entonces me golpeaban. Me insultaban y también me escupían. El policía que iba adelante me largaba piñas y el otro que me llevaba atrás me daba con la picana. Cuando me agachaba y me cubría la cara para que me pegaran, me daban corriente con esa cosa negra que tenía como dos hierros o patitas que le salían", relató, en referencia a ese artefacto manual, del tamaño de un celular, del cual supuestamente recibía los golpes de energía. Indicó que le dieron descargas eléctricas con ese aparato en las rodillas, los nudillos de las manos, el cuello, el cuero cabelludo y hasta en un costado del rostro. Las agresiones sucedieron durante el trayecto al centro.
Al llegar a la Central de Policía, la situación cambió. "No le quería decir nada al médico, pero él me vio las quemaduras y me preguntó qué me habían hecho. Le conté todo y ahí sacó a los policías del Comando y llamó a otro de civil que me acompañó en todo momento para que no me hicieran nada, hasta que fuimos a la (seccional) 24", declaró el jovencito, quien afirmó que el móvil es un Chevrolet Corsa que pertenece al Comando Radioeléctrico y que puede reconocer claramente a los policías.

