Zona caliente. El local Grido asaltado está ubicado en uno de los sectores más peligrosos de Chimbas. Con un arma, un ladrón amenazó al propietario y a un empleado, y se alzó con $2.000.

Alejandro Carbajal (38) estaba ilusionado. El martes había inaugurado una heladería Grido en Chimbas y había puesto todas sus esperanzas en el nuevo proyecto. Pero a tres días de abrir, la inseguridad se encargó de dejar su entusiasmo por el piso. Fue luego de que un delincuente armado tomara por asalto el local en la noche del pasado martes y robara $1.700 de la recaudación y la billetera de un empleado con $300. Pero el dinero no fue lo único que perdió el propietario, pues ahora hasta los empleados no quieren trabajar más en ese lugar por temor a que les pase algo, según relató el propio Carbajal. El local está ubicado en la esquina de calles 25 de Mayo y Julio Roca, pocos metros al Este de Cipolletti, una zona por demás peligrosa, según la Policía. El atraco ocurrió cerca de las 23. Carbajal y un empleado se encontraban dejando todo en condiciones para cerrar cuando un supuesto cliente entró al local. El sujeto había llegado en bicicleta y se había puesto a mirar el cartel con los sabores. Pero de un momento a otro les hizo saber que no iba en busca de helado: les mostró un arma de fuego, los apuntó y los obligó a que se tiraran al piso con las manos en la nuca, dijo el dueño. Luego se fue directo a la caja registradora y se robó los $1.700 que eran producto de las últimas ventas. También se alzó con la billetera del empleado, que tenía $300 y documentación. Y escapó.

La heladería está ubicada en una de las zonas más calientes de Chimbas. Según fuentes policiales, en ese sector se emplazan por lo menos 10 barrios de los denominados "conflictivos". Y Carbajal lo sabe, pero nunca se imaginó que en tan pocos días lo iban a atacar. "Sabemos que es una zona complicada, pero hay un destacamento policial a 100 metros del local. Nunca pensé que a 3 días de abrir me iba a pasar esto", refirió. Su preocupación pasa ahora por los empleados. Es que hubo dos que luego del episodio ya le avisaron que no quieren trabajar más. "Uno de los chicos me dijo que no se sentía bien, que tenía miedo y que prefería no seguir, y es entendible", sostuvo Carbajal. Y agregó: "Esto te tira para abajo. No se puede trabajar así, con tanto miedo. Entra cualquier cliente y ya te imaginás que puede llegar a ser un ladrón. Uno quiere progresar, avanzar, pero así no se puede. Tengo mucha bronca". El hombre dijo que tomará medidas contra la inseguridad, como atender por una ventana cuando caiga la noche y colocar cámaras de seguridad.