A dos ‘motochorros’ armados el golpe que tenían planeado dar ayer en la siesta contra una familia de Rivadavia no les salió como esperaban. Los malvivientes encañonaron a un matrimonio y a sus dos hijas en la sobremesa del almuerzo, pero allí sucedió algo que no esperaban: las cuatro víctimas los enfrentaron a las trompadas y a pesar de recibir algunos golpes, los damnificados no se amilanaron y pusieron en fuga a los malvivientes, aseguró Armando Castro (68), una de las víctimas.

Según Castro, eran las 13.50 cuando había terminado de almorzar con su esposa, de 70 años, y sus dos hijas, de 30 y 32 años, en su casa de calle Comandante Cabot, cerca de Almafuerte, Rivadavia. ‘Estábamos en la sobremesa y golpearon la puerta. Cuando abrí, dos tipos con armas me empujaron hacia adentro y nos amenazaron. Parece que querían entrar a las habitaciones, pero no los dejamos’, dijo el dueño de casa.

Ahí fue cuando el hombre y su familia empezaron a golpear a los ladrones. Castro, quien padece una trombosis en una pierna, se tomó a golpes de puño con uno de los sujetos, mientras que las mujeres luchaban con el otro cómplice en el comedor. ‘A una de mis hijas la tiraron al piso y le patearon la cabeza. Creo que no se esperaban que nos defendiéramos y se terminaron yendo sin nada. Gracias a Dios no nos dispararon o nos pasó algo peor’, señaló el hombre.

Los delincuentes escaparon con las manos vacías en las motos de dos cómplices que los esperaban en la calle, dijo Castro.