Peor no le podía ir a una familia de Santa Lucía que ayer, en cuestión de horas, pasó de festejar un cumpleaños a lamentarse por dos desgracias. En la madrugada, entraron a robar a la casa de los padres. Y a la tarde, se prendió fuego parte de la vivienda de la hija, que vive a pocos metros y sobre la misma calle en Villa Urquiza.

Los Naranjo se habían reunido el jueves a la noche a festejar el cumpleaños de Miguel Tejada, el marido de su hija María, en un departamento que alquila la joven pareja y sus tres pequeños en Chacabuco al 2050 Sur. Estuvieron brindando y charlando en familia, hasta que a las 2.30 de ayer Rodolfo Naranjo y su esposa Marisa se despidieron y regresaron a su domicilio ubicado en la misma calle, al 2011 Sur. El problema fue cuando entraron, porque se dieron con que todo estaba revuelto. Ladrones habían roto una ventana y se habían metido a robar. Le sustrajeron dos equipos de música, una notebook, un microondas, una cámara digital, numerosas prendas de vestir y calzados.

“Es increíble, no sé en qué momento entraron a robar. Nosotros íbamos y veníamos de la casa. Creemos saber quiénes son, porque vimos a unos chicos sentados ahí cerca toda la noche”, se lamentaba Marisa Tortosa de Naranjo. El ataque había dejado perturbada a la mujer, de modo que su hija María fue a verla en la tarde de ayer para acompañarla y tranquilizarla.

Madre e hija estaban tomando mate minutos después de las 19.30, cuando alguien fue a avisarles que la casa de María se estaba quemando, a pocos metros de allí. “Menos mal que no había nadie. Los chicos estaban conmigo”, contó la joven, que es mamá de dos nenas y un varón. Ella llegó como pudo a su departamento y ya se encontró con su dormitorio en llamas. Por suerte, un vecino había llamado a los Bomberos. Es así que a los minutos arribó la dotación a cargo del oficial Néstor Riveros y atacaron el fuego impidiendo que afectara toda la vivienda. Lo que no pudieron salvar fue esa habitación matrimonial que se quemó por completo, con ello también un juego de dormitorio, un chifonier, un televisor, el aire acondicionado y otros artefactos, además la ropa de María, su esposo y del nene más chico y cerca de 2.000 pesos que venían ahorrando, contaron. No podía culparse a nadie, la causa del siniestro había sido un cortocircuito en un toma corrientes, señalaron.