Felices. Bernard Simon Gilbert se reencontró ayer con Yoko. El perro explotó de felicidad cuando tras varios días pudo nuevamente recibir el cariño de su dueño.

Puede que pasen varias mascotas por sus vidas, pero sin dudas Yoko no será una más. El perro quedará en la historia y en las anécdotas será recordado como el héroe de una odisea propia de una novela de aventuras, en la que tres mochileros franceses decididos a cruzar la frontera con Chile en bicicleta pudieron ser rescatados gracias a su "corazonada". Los viajeros estaban perdidos en medio del campo, pero la hazaña fue posible gracias a una travesía de 8 días que el animal hizo para volver hasta la casa donde su dueño se hospedaba, en la localidad sarmientina de Pedernal, para avisarle a la gente del lugar, de alguna manera, que algo no andaba bien. 

La conmovedora historia tuvo su principio el pasado lunes 1 de julio, cuando Bernard Simon Gilbert (22), Blanquer Lovis (21) y Bernuch Goldestein (22), todos oriundos de Bretaña, al noroeste de Francia, llegaron hasta la casa de la familia Invernizzi, en el callejón Torres, Pedernal, buscando albergue para luego seguir con su plan de cruzar hacia Chile en bicicleta. Ya habían conocido gran parte de Sudamérica, pero una de sus deudas era pisar tierras trasandinas y por eso buscaban cruzar por Mendoza, a través de Uspallata. Pero lo que más conmovió a los Invernizzi era que los tres jóvenes iban acompañados de un perro. "Cuando me vine a Argentina no tenía dónde dejarlo ni quién lo cuidara, además de que es otro compañero de viaje para mí", contó Simon, que llegó hace dos meses al país con Yoko, su perro macho. En Córdoba se juntó con sus otros dos compañeros de ruta y continuaron viaje en bicicleta hasta San Juan, donde recorrieron la ciudad y luego pararon en Sarmiento antes de seguir con su travesía. Yoko viaja con ellos corriendo a la par o en un carro que ellos improvisaron para llevarlo cuando se cansa.

Cerca del mediodía de aquel día, los franceses se despidieron de sus hospedadores y partieron por la Ruta 153 para llegar a la localidad mendocina. Sin embargo, en la mañana del pasado martes, 8 días después, los Invernizzi se encontraron con una inesperada sorpresa: el perro, Yoko, estaba ladrando en la puerta de su casa. La visita fue grata al principio, pero duraría poco al notar que el animal estaba solo y que sus dueños no andaban por los alrededores. Con el correr de las horas la preocupación fue en aumento y por eso alrededor de las 13 decidieron acudir a la Policía para denunciar un posible extravío. Así, pesquisas de la Subcomisaria Soria de Los Berros, a cargo del comisario Jorge Petcovich, iniciaron un operativo que tuvo final feliz tras 8 intensas horas de búsqueda. Los muchachos estaban cerca de Uspallata, en un lugar inhóspito, sin señal y puestos a resguardo en una especie de camping, a la espera del milagro que finalmente se cumplió.

Todos juntos. Al centro, los tres franceses posando junto a la familia Invernizzi.


¿Qué ocurrió? Según contó el propio Simon a DIARIO DE CUYO, Yoko se salió del camino cuando intentó ir detrás de unos guanacos y fue allí cuando lo perdieron. "Después de unos días sin verlo nos empezamos a preocupar y nos metimos en las montañas para buscarlo, durante cuatro días", afirmó. Todo indica que el perro, al perder el rastro de sus dueños, volvió al lugar desde donde partieron en Pedernal y de esa manera fue posible el final feliz. Ayer los franceses se reencontraron con su compañero de aventuras, que mientras ellos eran buscados estuvo al cuidado del personal de la Subcomisaría. "Ahora que estamos todos podemos seguir el viaje", cerró muy emocionado el joven. Y siguieron.

Los tres viajeros estaban en un lugar inhóspito, sin señal y expuestos a un frío extremo.

EL TIEMPO

Esa fue la cantidad de días que el perro demoró en regresar hasta la casa donde habían estado hospedados sus dueños franceses. Llegó solo, y eso preocupó a la gente del luga