En 14 horas, una manzana del barrio ATE-API, en Rivadavia, fue el escenario de dos ataques por parte de delincuentes. El más violento de los casos ocurrió ayer en la mañana. Una vecina que regaba el frente de su casa, fue sorprendida en el interior por un sujeto encapuchado. El delincuente la maniató y le metió en la boca un celular. Y con un cuchillo, le tajeó las muñecas para que le entregara una supuesta suma importante que había en la vivienda, pero sólo se topó con 800 pesos.
Horas antes, ladrones ingresaron a otra vivienda del mismo barrio tras destrozar una alarma y se llevaron de todo: un teodolito (aparato para medir ángulos) valuado en 12.000 dólares; 1.000 pesos; joyas; una playstation 2; cosméticos; remedios; cuchillos y un par de botas, todo por un monto de al menos 55.000 pesos, estimaron las víctimas.
Emboscada
Eran las 9. A esa hora, Ana Cristina Ansaldi (54 años), regaba el frente de su casa en la manzana "S" del barrio. Sus hijos y su marido, Carlos Porra, se habían ido a trabajar. Aparentemente, un ladrón encapuchado y con guantes, se las ingenió para esperarla dentro de la casa y atacarla, dijo Porra.
En un pasillo, se abalanzó sobre la espalda, la tiró al piso, la ató de pies y manos y le metió el celular en la boca para que no gritara, aseguró Porra. Y con un cuchillo comenzó a tajearle las muñecas para que dijera donde guardaba plata. Plata que, según Porra, era de la venta de un vehículo: "le pedían la plata y mi mujer le dijo que la teníamos en el banco. Supongo que es la que obtuvimos de la venta de un auto", estimó el hombre.
Posteriormente, el delincuente revisó la casa y huyó con lo único que halló, 800 pesos. Minutos después, la mujer se arrastró hasta el comedor y pidió ayuda a una vecina. "Es el segundo asalto que mi mujer tuvo en 4 años. Gracias a Dios no le hicieron nada más grave", afirmó Carlos Porra.