El juez del Tribunal de Impugnación, Juan Carlos Caballero Vidal (h), revisó el fallo por el cual, el 5 de mayo del año pasado, dos policías del Comando Radioeléctrico fueron condenados a 1 año de prisión sin encierro por pintarle el auto a un colega del CISEM, en venganza porque avisó a sus superiores que durante casi dos horas no patrullaron y estuvieron en un lugar fijo. Y los absolvió por el beneficio de la duda, dijeron fuentes judiciales. El fallo que benefició al oficial Gastón Cuello y al cabo Gerardo Albarracín, no está firme y Fiscalía aún puede reclamar ante la Corte de Justicia.

"Esta defensa siempre sostuvo la atipicidad del hecho, que de ninguna manera podía calificarse como daño, porque para que el auto deba sufrir un deterioro en su sustancia, haber perdido su valor o en todo caso se tuvo que hacer un gran desembolso para volverlo a su estado anterior y eso no ocurrió. La pintura que tenía el vehículo de este efectivo, pudo removerse fácilmente con agua y tíner", dijo Claudio Vera, defensor del oficial Cuello.

El oficial inspector Gastón Cuello (derecha) y el cabo Gerardo Albarracín zafaron de la pena por pintar el auto de un colega. Hubo dudas de que dañaran el auto.

 

El actual secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, había defendido a Albarracín y también pidió que sea absuelto. Adhirió a los argumentos de Vera y, además, pidió considerar que el caso sea enviado a un juez de Faltas, por entender también que no hubo daño.

El hecho que penalmente complicó a Cuello y Albarracín ocurrió entre las 3 y las 3,15 del 29 de julio de 2022. Para el entonces fiscal, Renato Roca, las pruebas indicaron que Albarracín condujo su moto con Cuello de acompañante hasta cerca del CISEM, donde trabajaba el cabo primero Néstor Páez, y que Cuello manchó el Renault Logan con pintura roja en aerosol.

Y todo porque -según Fiscalía- cuatro días antes, el 25 de julio, Páez avisó a sus superiores que detectó la patrulla con ambos policías en un lugar fijo durante 1 hora y 42 minutos, en lugar de recorrer las calles.