San Juan, 6, de enero.-
“Hoy la causa está paralizada por la feria, y espero que después de ella, ya en febrero, el Juez de Instrucción Juan Lanciani retome la senda investigativa, en la que faltan aun importantes pasos”, señaló Roberto Castro, el abogado de Pablo Guevara, uno de los oficiales detenidos por el caso de la muerte de Leónidas Cortez, acusado de abuso a una nena de 7 años, que fue encontrado muerto en una celda de la seccional 6ª, el 14 de diciembre del año pasado.

El hombre de 55 años fue detenido luego de que un vecino lo encontrara junto la menor, en un descampado de Lemos y calle 5, Rawson. “La aprehensión no la lleva a cabo gente de la 6º, sino de Pocito Norte. Cuando lo toma la 6º, esta persona ya estaba a disposición de la seccional de Pocito. Participaron varias fuerzas en la detención. Mi defendido no ha tenido prácticamente contacto con la persona detenida”, confirmó el letrado.

“Este hombre (por Cortez) padecía de un osteoporosis severa, una enfermedad que lo vuelve muy frágil, y la causa de la muerte es una perforación pulmonar provocada por la fractura de una costilla. Una caída pudo haberle provocado eso. No hablo por mí, sino por el protocolo médico, es lo que surge de la autopsia”, sustentó su teoría el abogado.

El informe forense determinó la quebradura del brazo derecho de Cortez, al menos tres costillas fisuradas y hematomas. Una de las costillas le habría perforado el pulmón.

En base a las pruebas, Lanciani dispuso la detención del oficial ayudante Pablo Guevara y los agentes Sergio Rabaja y Carlos Godoy, estos últimos calaboceros, encargados de custodiar aquella madrugada a Cortez y a otros presos en la seccional.