Las pruebas condujeron a que la defensa del imputado, identificado por fuentes judiciales como Manuel Leonardo Bazán, acordara juicio abreviado con los fiscales y fuese homologado por el juez. Entre marzo y diciembre del año pasado, Bazán iba a la casa de un amigo y aprovechaba momentos para tocar en las partes íntimas a una hija de 13 años de su amigo.

El trauma que le quedó a la chica fue advertido por una profesora de gimnasia, a quien en mayo de este año le contó lo que padeció durante 10 meses del año pasado.

Comenzó así la investigación y Bazán, por el delito de abuso sexual simple reiterado, fue condenado a 2 años y 7 meses de prisión de cumplimiento condicional, por lo que no irá a la cárcel.