Cristian Sebastián Ochoa (23), un joven apodado “Taca” que en 2012 cayó con otro sujeto acusados de haber violado a una menor de 14 años en Caucete y dos años después fue liberado por errores procesales, volvió a ser noticia el fin de semana al cometer dos violentos hechos en ese departamento.

Según fuentes policiales, el sujeto asaltó con tres cómplices a una anciana en su casa, a la que ataron a una silla y le robaron un TV y ropa. Al botín luego lo escondieron en una finca cercana, donde la familia del sospechoso festejaba un cumpleaños, y se marcharon. En el medio, la Policía secuestró lo robado y cuando el sujeto regresó por las cosas y al no hallarlas increpó a su familia. Allí se produjo una situación límite: sacó una pistola calibre 22 y le gatilló en la cabeza a uno de los invitados.

Niños y mujeres gritaban y seguía gatillando y le tuvimos que pegar. Arruinó el cumpleaños

Ricardo Gutiérrez – testigo

Por fortuna, el arma no tenía cartuchos y enseguida dos hombres se le fueron encima para reducirlo, mientras las mujeres trataban desesperadamente de resguardar a los niños. Tras unos minutos, el descontrolado muchacho fue reducido y entregado a la Policía, indicó Mariela Zárate, prima del sospechoso.

Ochoa es el mismo que cayó con Ricardo Gómez sospechados de violar a una menor el 14 de septiembre de 2012 frente a un descampado del barrio Ruta 20. El 24 de septiembre de 2014, cuando eran juzgados, los jueces de la Sala III de la Cámara Penal resolvieron liberarlos porque fueron apresados sin orden judicial y sin denuncia en su contra.

Tres años después, Ochoa volvió a caer. Según la Policía, él y tres cómplices asaltaron el domingo a las 10 a una anciana de apellido Ramírez (90) en su casa de avenida De Los Ríos y Salta. Tras robarle el TV y la ropa, escondieron todo en una finca de calle Salta, donde Zárate y otros parientes festejaban el cumpleaños de Franco Gutiérrez (22).

“Él (Ochoa) vino con las cosas acá y lo echamos. No queríamos problemas. Así que se fue a unos parrales y dejó ahí las cosas. Luego vino la Policía y se las llevó. El volvió como a las 14, estaba drogado. Pensó que nosotros nos habíamos quedado con todo”, dijo Ramón, hermano de Franco. Y continuó: “sacó una pistola y le gatilló en la cabeza a William, mi otro hermano. No salió el tiro y lo agarramos entre los dos. Niños y mujeres gritaban y él seguía gatillando y le tuvimos que pegar. Lo tiramos y después llegó la Policía. Nos arruinó el cumpleaños”.