Tras la repercusión que tuvo en medios locales, nacionales e internacionales el brutal ataque con tintes discriminatorios contra una chica de 16 años hija de bolivianos, dentro y fuera de una escuela de Santa Lucía, el cónsul de Bolivia en Mendoza, Ariel Iriarte, llegó ayer a San Juan. Habló con la familia de la víctima y con la ministra de Educación, Cristina Díaz. Después dijo a este diario: "No queremos pensar que existe una escalada de agresión racista, xenofóbica o discriminatoria. Esta situación es inédita para nosotros en San Juan… seguramente deben haber más casos pero no son denunciados", dijo Iriarte.

"Nos reunimos con la ministra de Educación y nos complace el avance para determinar los móviles que desembocaron en esta situación. Sabemos que se están tomando acciones pero no son suficientes. Este tema debe ser de un permanente seguimiento y evaluación de todas las autoridades y la comunidad. Como consulado nuestra misión es defender a todo ciudadano boliviano y queremos pensar que no es una generalidad, que se ha presentado circunstancialmente este ataque. Vamos a ser un celoso vigilante para que se llegue a las instancias correspondientes", afirmó ayer Iriarte.

El ataque ocurrió el martes a media mañana en la escuela José Pedro Cortínez, en Alto de Sierra, Santa Lucía. La adolescente atacada aseguró que todo pasó dentro y fuera de la escuela. Y que fue el pico más violento de una seguidilla de agresiones verbales que se repetían desde hace dos años: "negra de m…, boliviana p…", eran -dijo- algunos de los insultos más frecuentes. Ese día, la jovencita terminó toda rasguñada e inconciente en la calle, aseguró a este diario.

Pero el caso parece encaminado a quedar en nada, al menos penalmente porque la madre de la jovencita manifestó en la comisaría 5ta. que no haría denuncia contra las agresoras de su hija, por miedo a mayores represalias.

El día después del polémico caso, las atacantes fueron normalmente a la escuela, donde un consejo consultivo -dijeron en el colegio- evalúa qué decisión tomar con las menores señaladas por la víctima como responsables de la agresión.