Una joven emprendedora de 23 años atraviesa una dramática situación apenas dos semanas después de haber abierto un almacén en la casa donde vive con su pareja y su hijo de 7 años, en Rawson. Es que en la madrugada del último viernes le entraron a robar y desde entonces todo es oscuro para ella, pues además del daño y las pérdidas económicas, viene sufriendo graves amenazas de parte de uno de los delincuentes que trata de intimidarla, hasta utilizando un arma de fuego, para que le entregue su DNI, que se le cayó durante el robo.

Eso es lo que denuncia Camila, que está tan angustiada que evalúa cerrar ese pequeño y humilde comercio que abrió en el Barrio Neuquén, en la esquina de Laprida y Salvador María del Carril. La casa es de un primo que le presta a ella para que viva con su familia. Allí abrió el kiosco, al que atiende por una ventana y en el que vende principalmente bebidas y cigarros. Dijo que hasta este problema trataba de tenerlo abierto las 24 horas, de lunes a lunes, para poder progresar. Pero esta situación “me tira para abajo”.

El drama comenzó en la madrugada del último viernes, cuando tres muchachos del barrio le pidieron una gaseosa y un vino y como no tenían dinero le dejaron unas zapatillas hasta que saldaran la cuenta. Minutos después, a eso de las 2.30, Camila salió junto a su hijo a buscar unas cosas a la casa de su padre y al regresar, unos cinco minutos después, se encontró con que la ventana había sido forzada de una patada y que de la heladera (la misma que utiliza para el hogar) faltaban varias cervezas y dos botellas de fernet, además de un cartón de cigarros.

Rápidamente se dio cuenta de que habían sido los mismos a los que les acababa de fiar, pues en el piso encontró el DNI de uno de ellos, que vive a la vuelta. Lo más increíble, según su versión, fue que cerca del mediodía de ese viernes ese muchacho pasó por su casa y le gritó que le devolviera el plástico, y que por la tarde insistió, amenazándola con que la iba a “ir a visitar”. Y eso pasó durante la madrugada del sábado, cerca de las 2.20, cuando se paró en la ventana, puso una bala en el marco y sacó un arma de fuego.

“Me dijo que me daba un día para darle el DNI, si no me da un cuetazo. Yo no temo por mí pero sí por mi hijo”, lamentó la almacenera. Lo cierto es que el plástico está en manos de la seccional 6ta, desde donde investigan el caso. Este lunes este diario intentó obtener una respuesta de parte de la comisaría sobre avances en la pesquisa, pero no hubo.

Mientras, Camila sigue con miedo por la vida de su hijo. "El fin de semana lo llevé a otro lado para que no estuviera acá, pero ahora me lo traje porque necesito tenerlo acá para hacer las tareas y todo eso", explicó, mientras aguarda que la Policía haga su trabajo.