Dos encapuchados golpearon, maniataron y asaltaron a un anciano de 80 años en una finca de Angaco. Los desconocidos lo dejaron tendido sobre una cama, ensangrentado y tapado con una colcha, para después escapar con 7.000 pesos y hasta un par de zapatillas sin estrenar del jubilado, entre otras cosas. Es el cuarto ataque, con feroces golpizas, contra personas mayores en zonas rurales de ese departamento en apenas dos meses.

La última víctima de estos ataques fue Margarito Pedro Jofré (80), un viudo que trabaja de casero en la finca Guillén en calle El Bosque, en el distrito Campo de Batalla. El hecho ocurrió el lunes pasado (recién trascendió ayer) alrededor 23, cuando estaba solo en la casa que le prestan. ‘Tenía la puerta abierta y no sé en qué momento entraron. Cuando me di cuenta, me pusieron un revólver en el cuello. Intenté pegarle al ladrón, pero apareció otro y me rompió la cabeza a golpes’, relató. Los delincuentes le ataron las manos con alambre y lo llevaron a su cama, donde le sujetaron los pies para inmovilizarlo. Encima, lo taparon con una frazada. Los sujetos estuvieron cerca de una hora revisando toda la pieza y el comedor de ese rancho de adobe. Robaron sus 7.000 pesos, algunos electrodomésticos, herramientas, máquinas y sus zapatillas nuevas. Al marcharse, pusieron candado a la puerta. Cuando Jofré pudo liberarse escapó por otra puerta y corrió entre los parrales para buscar ayuda. Ahora, el anciano tiene decidido dejar la finca.

Los casos anteriores lo sufrieron sus vecinos, el anciano Francisco Olivera (74) y su hijo, quienes recibieron una feroz paliza de una patota que les robó una moto y 2.000 pesos la noche del 15 de mayo último en el distrito Costa de Vargas. El 24 de mayo, desconocidos atacaron a golpes a las hermanas Rita (65) y Francisca Soto (68) en su casa en el distrito Punta del Monte, aunque no alcanzaron a robarles. La historia se repitió el martes 28 de ese mes, en esa misma zona de Angaco, cuando delincuentes dieron una golpiza a Ermindo Quiroga (45) y Margarita Chávez (59) en su rancho, pero tampoco se llevaron cosas.