El portero Jorge Mangeri aseguró ayer que la madrugada del sábado 15 de junio, cuando fue detenido por el crimen de Angeles Rawson (16) ocurrido cinco días antes, fue ‘hostigado‘ y ‘apretado‘ dentro de la fiscalía por personal policial para autoincriminarse en el hecho.
Fuentes judiciales aseguraron a Télam que durante la audiencia de indagatoria ante el juez Javier Ríos, Mangeri sólo declaró sobre los supuestos apremios policiales y sobre el supuesto apriete de otros dos desconocidos en un VW Polo negro el día previo a su declaración, pero se abstuvo de dar su versión sobre las pruebas y demás circunstancias que lo tienen como principal sospechoso del homicidio de su vecina en el edificio de Ravignani el 2360, en el barrio porteño de Palermo.
Mangeri escuchó pacientemente los cargos que obtuvieron los investigadores respecto a su participación en el hecho, entre los que figuran la existencia de su ADN en tres uñas de la mano derecha de la jovencita, encontrada al día siguiente de su desaparición en un predio de basura en José León Suárez.
Miguel Angel Pierri, abogado del portero, aseguró ayer que pidió al juez la obtención de ADN de todo el entorno de Angeles porque considera que es una prueba necesaria para el esclarecimiento del hecho.
Ahora, el juez deberá resolver si confirma las sospechas contra el detenido y lo procesa con prisión preventiva o si toma otro camino -algo improbable- como liberarlo por falta de pruebas.
La muerte de Angeles había sido violenta. Hasta lo que reconstruyeron los pesquisas, fue estrangulada con hilo sisal (hallaron ese objeto enrollado en su cuello) y luego arrojada a un contenedor de basura, porque el homicida pensó que estaba muerta, tras un supuesto ataque sexual frustrado contra la chica. Sin embargo la autopsia reveló que, en realidad, lo que la mató fue el mecanismo para compactar basura de un camión recolector de residuos.