Sergio Opatowski, padrastro de Angeles Rawson (16) había sido tajante: cuando el cadáver de la chica apareció el martes en medio de la basura, estrangulado con una tanza de pesca con la que también ataron sus pies y envuelta en bolsas de supermercado, dijo ante los medios que el último lunes después de ir a su clase de gimnasia, la jovencita no había vuelto a su casa en el barrio porteño de Palermo. Pero ayer el hombre quedó en el ojo de la tormenta, porque al menos dos cámaras y un allanamiento realizado en su vivienda probaron lo contrario: una cámara grabó a la chica a las 9.40 apenas terminó su clase de educación física, y la otra la tomó a las 10 antes de llegar a su casa.

Precisamente por esas grabaciones fue que la fiscal Paula Asaro encabezó un allanamiento que confirmó que Angeles entró a su casa, se cambió sus zapatillas blancas por otras oscuras y dejó en su domicilio el morral con el que había ido a gimnasia. En la casa, los pesquisas también secuestraron bolsas de supermercados como las que envolvían el cadáver y una sábana con restos de sangre que, según Opatowski, corresponde a su hijo operado por una ‘fístula en la cola’.

Ahora, los investigadores buscan otras cámaras que hayan grabado el momento en que Angeles sale de su domicilio, para saber si ya iba muerta o si fue asesinada luego de salir.

Y aunque aún no se sabe si la chica fue o no violada, por ahora todas las miradas apuntan al entorno de la víctima, asunto que molestó a Opatowski: ‘pareciera que sos vos el asesino de tu propia hija‘, dijo, ofuscado.