Carmen García (60 años, pensionada) y su hija Elsa Ariana Martín (33) no se despegaban. Desde que falleció el jefe de la casa y el resto de los cinco hijos del matrimonio formó su propia familia, las mujeres vivían juntas y se complementaban para todo, en las tareas de la casa, en las salidas, en cada cosa. Vivían en el barrio Pocito, y en la calle, cuando salían por cualquier trámite, sus vecinos siempre las veían tomadas del brazo. Ayer, minutos después de las 10, madre e hija salieron de su casa dispuestas a ejecutar la rutina diaria, pero no avanzaron más allá del barrio: Al parecer, habían salido a hacer las compras para el almuerzo pero cuando intentaban cruzar la calle 11, unos 50 metros al Este del cruce con David Chávez, un joven en un Volkswagen Gol embistió a ambas, chocó de costado contra un árbol, arrancó un cesto metálico de la basura y frenó su alocada marcha contra otro árbol.

"¡Qué hice! ¡Qué hice!, ¡Cómo no las vi!’ ¡Cómo no las vi!, le escucharon decir al joven, descargando sus nervios tirado en el piso, los primeros vecinos que se habían acercado a ver qué había sido ese ruido como una explosión. Entonces varios se arremolinaron en la escena del accidente y más de uno intentó hacer justicia por sus manos con el conductor, que de inmediato fue trasladado a la Seccional 7ma., al mando del subcomisario Julio Flores.

Enseguida la policía constató que por Carmen nada se podía hacer. Su hija (que sufriría una leve discapacidad mental) fue trasladada al hospital Rawson, donde los médicos constataron que presentaba una fractura en el fémur de su pierna izquierda y politraumatismos, aunque estaba fuera de peligro, dijeron fuentes policiales.

En la Comisaría 7ma. suponían ayer que las mujeres caminaban por la orilla de calle 11 o intentaban cruzar esa vía, hacia el Sur, para ir a la verdulería o hacia algún comercio cuando las arrolló el auto que conducía un joven identificado como Cristian Ozán (18), quien circulaba hacia el Oeste por calle 11, una calle que los vecinos calificaron de peligrosa por el tránsito rápido y también por la ausencia de veredas.

Fuentes policiales aseguraron que Ozán vive en la Villa Don Pablo, en Rawson, y que al parecer, a la hora del accidente había terminado de dejar a unos amigos luego de pasar la noche en un boliche y al menos en otro lugar, divirtiéndose.

"Por ahora no sabemos si la causa del accidente se produjo por una falla mecánica o un error humano. De todos modos hemos pedido una serie de pericias, como el examen de alcoholemia en el conductor para saber si conducía o no en estado de ebriedad", dijo ayer el subcomisario Flores.