“De noche siempre me cuido un montón, pero ¿qué me iba a imaginar que me podían asaltar al mediodía?”, decía sorprendido Francisco López Vega, chofer de la remisera VIP. Claro, jamás sospechó que los dos jovencitos que subieron a su remís ayer a plena luz del día frente a la Plaza 25 de Mayo eran asaltantes. Lo descubrió cuando entraron por un enredo de calles en Concepción y uno de los desconocidos lo tomó del cuello y le puso un cuchillo. El viaje del remisero tuvo un destino poco feliz: le tajearon el rostro y le metieron un puntazo en un brazo, además le quitaron las llaves del coche, su celular y 100 pesos.

López Vega, de 45 años y padre de un nene de 4, pasaba por la intersección de avenida Ignacio de la Roza y calle General Acha, en pleno centro, cuando vio a dos jóvenes que le hacían señas y le gritaban ‘¡maestro!’, para que se detuviera. ‘Tenían 17 o 18 años, no más. Jamás pensé que eran ladrones y que me iban a hacer algo, si eran las 13’, relató el chofer de un Volkswagen Voyage.

Los ocasionales pasajeros le ordenaron que se dirigiera a Concepción, sin darle un destino preciso. Lo que recuerda el chofer es que fueron por Mendoza al Norte, que doblaron por Corrientes y después se adentraron por varias calles cortas hasta terminar detrás del estadio del Club Arbol Verde. Esto es en inmediaciones de las calles Arnobio Sánchez y Correa. ‘Ahí, ya me di cuenta que algo raro había. El chico que iba al lado mío estaba como nervioso o asustado. Cuando quise reaccionar y volantear para salir de esas calles, el joven que estaba en el asiento trasero me agarró del cuello y me puso un cuchillo. El otro apagó el motor del auto y sacó las llaves. No me podía mover mucho por el cinturón de seguridad, pero igual forcejeé y más me tiraban hacia atrás’, contó López Vega.

‘Les pedí que se llevaran la plata y el celular. Pero el que me agarraba, estaba sacado. Estaba como loco y gritaba: dame la radio y el tarifador. El otro ladrón le decía: ya está. Ya está’, explicó. En esos momentos, el remisero no llevaba el equipo de comunicación ni el tarifador, por lo que los ladrones le robaron nada más que los 100 pesos de la recaudación y su celular. Después escaparon y desaparecieron tras trepar una pared del estadio. Un vecino de la zona corrió a ayudar a Francisco López Vega, incluso llamó a la Policía y le dio alcohol y una toalla para que se limpiara la sangre. La gente le dijo que en el último tiempo ya asaltaron a 5 remiseros en ese lugar. ‘Sentía el ardor en la cara, pero no me había dado cuenta de la herida en el brazo’, relató el chofer, que fue atendido en el Hospital Rawson. Lo del rostro sólo fue una herida superficial y en el brazo derecho le hicieron dos puntos.