Un remisero tomó un viaje en Capital que acabó en Santa Lucía como una verdadera pesadilla. Todo comenzó cuando dos mujeres subieron a su auto y en el mismo instante abordaron dos hombres que lo amenazaron con un cuchillo y un revólver. Lo llevaron de rehén por todo el centro hasta que terminaron en cercanías de un asentamiento, donde lo asaltaron y atacaron a pedradas. El chofer salió con la cabeza ensangrentada y tuvo que refugiarse en una casa. Los delincuentes escaparon con su billetera, 1.800 pesos, el frente del stéreo y el GPS del auto, que además quedó con la luneta y dos ventanillas destrozadas.

Mauricio Fernández (25) cayó en la trampa ayer a las 3 en la esquina de Libertador y Urquiza, Capital. Dos chicas le hicieron seña y él detuvo su remís Fiat Siena de la empresa Sumampa. En el momento en que las mujeres abordaban el móvil, aparecieron dos muchachos que también treparon al coche. El sujeto que subió a su lado lo encañonó con un revólver y el otro sacó un cuchillo. ‘Los dos delincuentes parecían estar pasados de droga y tenían olor a alcohol. Me ordenaron que siguiera por Libertador al Este y cruzamos todo el centro. Yo pasaba los semáforos en rojo para ver si la Policía me paraba, pero nadie me veía. Frente a la División Tránsito vi a dos policías en la puerta y les hice juegos de luces pidiendo ayuda, pero no me dieron importancia. Después seguimos hasta el Lateral de Circunvalación y tomamos por San Lorenzo, ahí crucé a un compañero y le hice señas, pero tampoco me vió’.

El violento viaje terminó cerca del asentamiento Pedro Echagüe, en Santa Lucía. Hicieron bajar a Fernández y, cuando éste empezó a correr, recibió el primer piedrazo en la cabeza. Uno de los ladrones lo persiguió y el remisero lo enfrentó a golpes. ‘A ese flaco lo tiré al piso. De la bronca o de la inconciencia, regresé al auto porque veía como lo revolvían. Yo estaba sacado. Le pegué al otro ladrón, pero se vinieron los cuatro y empezaron a largarme pedradas por todos lado. Corrí y me persiguieron hasta que me metí a una casa a pedir ayuda’, relató el remisero. Fue entonces que los ladrones huyeron, llevándose su dinero y otras cosas del coche.