El 22 de septiembre de 2017, Fidel Osvaldo Aranda (31) fue condenado a 6 años y 8 meses de cárcel por su participación en un robo cometido con un arma de fuego. Y el último viernes un juez le aplicó otro castigo de 8 años, luego de que admitiera en un juicio abreviado los aberrantes delitos que cometía contra una joven con la que estuvo 2 años en pareja: golpes, quemaduras con cigarrillos y agua caliente, continuos insultos y humillaciones a causa de sus celos, amenazas y, lo más grave, varias violaciones.

Maximiliano Blejman, juez.

Su regreso al Penal de Chimbas ocurrió tras la enésima denuncia, realizada el 20 de diciembre de 2020, cuando volvió ebrio a la casa en que convivían, la roció con alcohol e intentó prenderle fuego, situación que fue impedida por un hijo de la víctima, según consta en el expediente.

La última condena deberá ser unificada con la anterior que tenía por un robo a mano armada.

Para entonces la joven ya lo había denunciado varias veces, porque en una ocasión que llegó de trabajar a la madrugada y se durmió, él la despertó y le dio tal patada en la espalda que, cuando pudo escapar (la encerró para que no fuera a trabajar), tuvo que ser internada. Otra vez, a causa de sus "enfermizos celos" agarró a golpes a un compañero de la joven. En otra, por el mismo motivo, le cuestionó una relación de su juventud y la noqueó de una trompada.

Daniel Galvani, fiscal.

También relató una vez que ambos fueron a parar a un hotel de Capital, aislados por covid, y él la quemó con cigarrillos y agua hirviendo. O que en una ocasión le ató las manos hacia atrás y la sometió sexualmente.

Varias veces la joven se retractó luego de denunciarlo, con el argumento de que ella también tenía la culpa, que ella también lo atacaba, que la relación era enfermiza y que él merecía otra oportunidad. Pero los investigadores también supieron que él la amenazaba y recibía presiones de familiares de él, porque con una denuncia volvería a la cárcel.

Carlos Reiloba, defensor oficial.

Cuando Aranda llegó a juicio, evaluó con su defensor oficial, Carlos Reiloba, que lo más conveniente era admitir su responsabilidad en los delitos que le imputaban (abuso sexual con acceso carnal, lesiones agravadas por la relación de pareja y amenazas), a cambio de una rebaja de pena. Por esos delitos y un castigo de 8 años, acordaron un juicio abreviado con el fiscal Daniel Galvani y le plantearon esa salida para el caso al juez Maximiliano Blejman (Sala II, Cámara Penal), quien ratificó ese pacto y el mismo viernes le aplicó la segunda condena al acusado.

La última condena que recibió Aranda, ahora deberá ser unificada con el castigo por el robo agravado, dijeron fuentes judiciales.