Francisco Rubia (81) y su esposa Ángeles Almazán (74), habían decidido hace unos días vender una cama de una plaza y media que les sobraba en su casa de Villa Morrone, en Chimbas. Así fue que sacaron el mueble a la calle y le pusieron un cartel de venta para atraer posibles compradores. A los días apareció un interesado que prometió volver con los $200 que pedían por la cama. Y ayer en la mañana ese comprador regresó con otro hombre en bicicleta a la casa de los ancianos para cerrar la operación. Y lo hicieron. Ese sujeto entregó el dinero pero de un momento a otro simuló pelear con su cómplice para despistar al matrimonio. Cuando los tuvo a tiro, desnudó sus intenciones: redujo a la mujer tomándola por las muñecas y su compañero tiró al anciano al piso. Luego los arrastraron hasta el dormitorio y sentaron a ambos en un sillón, contó Rubia.

Fueron 15 minutos de terror y la providencial llegada de un vecino, interrumpió la maniobra de los asaltantes que agarraron $1.000 y tarjetas de débito de los ancianos y que en su escape, abandonaron una mochila con precintos, una punta y la bicicleta playera en la que llegaron, contó Almazán.