Rosa Lima (58) había comenzado a prepararse para cerrar su peluquería cuando un joven llamó su atención con repetidos golpes a la puerta, ya con llave. Desde adentro, ella le dijo que ya se iba pero optó por hacer una excepción y le abrió. Eran alrededor de las 21,30 del viernes en ese local que la mujer alquila hace unos 15 años en España 3250 Sur, en el barrio Belgrano. Al principio parecía un trámite más: peluquera y cliente cumplieron por enésima vez el rito de cruzar preguntas y respuestas, mientras ella se concentraba en acomodar un poco el ‘jopo’ de ese muchacho morocho y bien vestido, de unos 25 años. Pero esta vez hubo una diferencia en el trato con ese joven, que Rosa atribuyó a un supuesto apuro: el cliente interrumpía con frecuencia el corte para asomarse a la ventana.
La mujer recordó ayer que la sesión se prolongó alrededor de 10 minutos, hasta que terminó el corte. Pero entonces el joven, lejos de llevar su mano al bolsillo para pagarle, se arrimó hasta la vidriera del salón y corrió las cortinas para que nadie viera nada desde afuera.
Asustada, Rosa pensó que sería víctima de alguna clase de abuso y atinó a decirle al muchacho que ya llegaría su esposo. Pero a partir de ese momento todo se hizo más claro, porque el sujeto sacó una pistola cromada, le advirtió que era un asalto y le pidió toda la plata. En el medio, le propinó una variada gama de insultos, le apoyó el arma en la cabeza y la obligó a hincarse.
Según Rosa, en ese momento ella suplicó al ladrón que no le hiciera nada porque es hipertensa, a lo que el delincuente le respondió que se quedara tranquila pues de lo contrario la mataría de un tiro.
Lo curioso fue que cuando ella le dijo que no tenía más que 5 pesos, el sujeto se puso a cargar en un bolso tipo bandolera una máquina de cortar cabello recién comprada, un secador de pelo, tijeras y el peine.
‘Nunca pensé que me iba a asaltar. En los 42 años de trabajo que llevo jamás me pasó una cosa así. Me llevó las herramientas de trabajo que valen unos 10.000 pesos, pero voy a seguir, con la peluquería pude criar a mis seis hijos’, dijo ayer la peluquera.