Corso y festejo carnavalero suspendido por lluvia. La cantina del club que de todos modos no cierra y aglutina a los parroquianos de siempre. Animo de pasar el rato tomando algo. Todo como de costumbre en el Club Huarpe de Cochagual Centro, en Sarmiento, hasta que el bucólico cuadro se interrumpió por una escena violenta: un joven a cara descubierta que ingresó rápido y amenazó con un cuchillo en cuello al hijo de 18 años del cantinero, de apellido Nuñez, y así se allanó el camino hacia su objetivo: la recaudación, unos 3.000 pesos, más otras cosas, como la mochila con el celular del asustado jovencito asaltado. Parecía un asalto más de los tantos que ocurren a diario, pero esta vez la gente no se quedó quieta. Cuando el ladrón montó en la moto en la que lo esperaba su cómplice, víctimas y lugareños siguieron su escape, tenazmente. Alrededor de las 3 de ayer, hubo manos y pies buscando máxima aceleración de motos y autos durante un tramo de unos 8 km., hasta que el empecinamiento de los perseguidores pudo más: al llegar a la ruta 295, los sospechosos intentaron girar al Sur por la ruta 162 rumbo a Media Agua, pero en la curva resbalaron y cayeron aparatosamente, dijeron en la policía. Entonces el sujeto que viajaba como acompañante escapó con el cuchillo y la plata, pero en el piso quedó el conductor, que pasó uno de los momentos más desagradables de su vida.

Según la policía, este último sujeto, identificado como Alberto Pereyra (20) fue acorralado por sus perseguidores, que no dudaron en aplicar un poco de justicia por mano propia por su complicidad en el descarado asalto: trompadas, puntapies y hasta golpes con un palo recibió el joven, en seguidilla y de varios frentes, hasta que llegó un patrullero con personal de la seccional 8va. de Sarmiento y lo rescató del casi seguro linchamiento. Entonces fue necesario llevar a Pereyra al hospital departamental y luego al hospital Rawson, para constatar que los cortes en su cabeza, lo moretones y las múltiples lesiones que presentaba no le acarrearían mayores consecuencias.

Y así fue, ayer, Pereyra estaba en la seccional, igual que la moto que conducía, una Maverick 110cc., y la mochila con el celular robados. Los policías de Sarmiento no dan por cerrado el caso, pues ayer estaban convencidos de que el cómplice prófugo ya lo tendrían identificado.