Marcela  vive con miedo de que su exesposo le haga algo. Es que desde   hace un tiempo es víctima de género y aunque realizó dos denuncias contra el padre de sus hijos todavía no consigue una orden de restricción que le permita mantener alejado al  sujeto.

Según contó la mujer, todo comenzó hace un año atrás  cuando decidió poner fin a la pareja. Fue entonces cuando comenzaron  las amenazas y  se radicó con sus hijos en la provincia de San Luis. Hasta allí legó el hombre de apellido Gamboa pidiendo otra oportunidad y regresar con la familia a San Juan. 

 De vuelta en la provincia, Marcela descubrió que su esposo tenía una amante y lo sacó del hogar definitivamente. "Me dijo que me iba a matar o iba a mandar a alguien a hacerlo", contó asustada y denunció el episodio en la comisaría.

Días más tarde, la mujer lo llamó para solucionar el problema de una heladera descompuesta y todo terminó en escándalo. "Vino sacado, gritando y amenazándome de muerte. Me tomó del brazo, me empujó y tiró al piso delante de mis hijas. A una de ellas también la golpeó", relató.

Las lesiones que le provocó el hombre durante una golpiza. 

Por segunda vez, Marcela se presentó ante la policía y un médico legista constató las lesiones en los brazos, espalda y parte del rostro.

La mujer afirma que su exesposo se presenta en la escuela para ver a las nenas y al no tener una orden de restricción no hay obstáculo legal para el encuentro. "Es un hombre que se maneja armado, que no está bien psicológicamente y necesito que la justicia lo aleje de mis hijos. Vivo con miedo de que pueda pasarnos algo", concluyó.