Roxana Manrique (19) manipulaba su teléfono, sentada en el comedor. A escasa distancia, su padre se distraía viendo televisión. Faltaban unos minutos para las diez de la noche del domingo, cuando un estruendo los sacudió y los dejó confundidos. El dueño de casa, Ricardo Manrique (43) pensó que había explotado la batería del teléfono de la mayor de sus siete hijos, Roxana, que está embarazada de 8 meses. Al comprobar que no era así, ambos quedaron perplejos por un instante, hasta que el hombre notó la sangre que comenzó a salir de la cabeza de su hija, en la zona de la nuca. Y todo fue desesperación. En el acto buscó las llaves de su auto Renault 9, cargó a la joven y partió al hospital de Caucete. Ayer, la chica estaba fuera de peligro, igual que la beba que espera para mediados de julio, explicó Ricardo Manrique.

¿Quién efectuó el disparo que cruzó una pared de machimbre y se incrustó en la cabeza de Roxana? Eso es lo que trataban de determinar ayer los policías de la seccional 9na de Caucete que dirige el comisario inspector Pedro Rodríguez. Esos uniformados detuvieron la misma noche del domingo a un tío de la joven, que vive a escasos metros, y a dos amigos, sospechados de haber manipulado un rifle calibre 22, que trataron de esconder a unos 150 metros de la escena del hecho, situada en Roque Sáenz Peña y Patricias Sanjuaninas, en la zona de Los Médanos, unos 6 km al Noreste del centro de Caucete.

La principal sospecha de la Policía es que el tío de la joven y esos otros dos sujetos, estuvieron bebiendo y "divirtiéndose" efectuando disparos tirando al blanco, hasta que uno de esos proyectiles salió en la dirección equivocada y por poco no mató a la joven. "Si la bala no se hubiera frenado un poco al atravesar la pared de machimbre, la historia pudo haber sido otra", dijo ayer un jefe policial.

Al parecer, el dueño del arma es un sujeto de apellido Figueroa y quien efectuó el peligroso disparo pudo ser otro de apellido Pereira, indicaron fuentes policiales.

"Para mí fue un accidente, no le hallo otra explicación. Fue una imprudencia, porque conozco a mi hermano y también a los dos muchachos, somos amigos de la infancia y no los creo capaces de hacer ese daño", dijo ayer Ricardo Manrique.

Roxana había llegado el sábado a visitar a sus padres (desde hace un año vive con su pareja en el Lote Hogar Pie de Palo) y había pasado el fin de semana con su familia con la intención de que su mamá la acompañara, ayer, a un control médico. Pero el balazo casi letal en su cabeza adelantó esa visita.

Ahora, el juez Benedicto Correa deberá decidir cómo se resuelve caso, teniendo en cuenta que sólo uno de los tres detenidos hirió a la joven.