Jonathan Silva (28) negó haber sabido que llevaba en el remís a dos delincuentes. El juez creyó probado lo contrario y lo condenó.


Augusto Morales barría la vereda de su domicilio en el Loteo Salta I, Chimbas, a eso de las 23 del 4 de junio de 2017, cuando vio pasar un remís que se estacionó a un par de casas de la suya. Decididos, los desconocidos le preguntaron por un taller de motos, pero en eso que estaba por responderles uno de ellos se metió a su vivienda. Morales lo siguió para buscar una explicación, pero un cachazo lo tumbó al piso y lo dejó casi noqueado, sangrando. Cuando reaccionó, tenía a uno de los sujetos con una rodilla en su pecho, exigiéndole más plata, pero no tenía. Para entonces ya le habían sacado del bolsillo unos $7.200 de su jubilación y las ganancias de su parripollo, un televisor, un horno eléctrico, un caloventor, un DVD, una campera de cuero, un par de zapatillas y su billetera con tarjetas y documentos.

Cargaron todo en un remís y partieron. Pero una vecina vio llegar al remís y también partir muy rápido y tomó el número de licencia. Minutos después la Policía encontró el auto y apresó a su conductor, Jonathan Daniel Silva (28). Y ahora el juez Maximiliano Blejman (Sala III, Cámara Penal) lo condenó a 6 años de cárcel por su participación principal en robo agravado, por el uso de un arma de manera impropia (para golpear) y por actuar en poblado y en banda. Por el mismo delito, el fiscal José Eduardo Mallea había pedido que lo condenaran a 7 años.

El defensor César Jofré ya anticipó que pedirá revisar el fallo ante la Corte, con el argumento de que su cliente fue ajeno a ese delito. Silva había dicho que se topó con los dos sujetos en Tucumán y Saavedra, que le pidieron llevarlos hasta el Loteo Salta I. Y que luego de cargar todo los trasladó al barrio Los Cardos, en Chimbas, sin saber que habían cometido un asalto.