Gary Pontoriero (57, camionero, jubilado) pareció a punto de llorar ayer cuando el tribunal lo habilitó a decir sus últimas palabras. Entonces se reiteró inocente y víctima de una injusticia, y aunque admitió matar de un tiro a su exvecino Miguel Angel Sombra (54) dijo que fue en un forcejeo y para defender a su familia y a él mismo, pues la víctima -dijo- empuñaba el arma en aquella pelea desatada por sus quejas, ya que Sombra y sus parientes pasaron la noche bebiendo y orinando su puerta. El tribunal, sin embargo, creyó probado que Pontoriero empuñó el revólver calibre 22 para liquidar aquel problema a las 8.15 del 9 de abril de 2011 en la Villa Jardín, frente al Hiper Libertad, Capital.
Por eso los jueces Juan Carlos Caballero Vidal (h), Silvia Peña Sansó de Ruiz y Raúl José Iglesias (Sala I, Cámara Penal) le dieron 10 años y 8 meses de cárcel por ese homicidio agravado por el uso de un arma. Y 3 meses sin encierro a su hijo Giovanni (27) por lesionar en aquel pleito a Eduardo Pereyra un sobrino de Sombra. El fallecido vivía en Las Heras, Mendoza, y había llegado a visitar a sus parientes.
La condena representó un rechazo al pedido de absolución de la defensa encabezada por Manuel Giménez Puchol. Y una adhesión al planteo del fiscal de Cámara Gustavo Enrique Manini y de Diego Sanz, abogado de la familia de la víctima.
Sanz, 18 años de cárcel; Manini, 17, y que se ordene investigar a Pontoriero por portación ilegal de un arma. En su alegato, ambos remarcaron la cantidad de causas abiertas de Pontoriero (9 por amenazas y otra más por daño y lesiones) y el informe psicológico que describe al condenado como agresivo, pleitista, manipulador, con rasgos paranoicos. Y, principalmente, como un sujeto que ‘reviste peligrosidad para el entorno’, dijeron fuentes judiciales.
Pontoriero llegó libre al juicio por el vencimiento de los plazos de prisión preventiva. Y volverá a prisión sólo si el fallo en su contra queda firme.