Tres años y 8 meses de prisión efectiva e inhabilitación para conducir cualquier tipo de vehículos durante 7 años. Esa fue la pena que le aplicó ayer el juez Eduardo Gil, titular del Segundo Juzgado Correccional, por homicidio culposo agravado a Gustavo Fabián Cortez (25), el joven que atropelló y mató a María Celeste Archerito (19) el 26 de agosto de 2009 cuando caminaba por calle Comandante Cabot, Rivadavia. Como el fallo no está firme, el conductor seguirá libre y será la Corte de Justicia local quien decida si debe o no ir preso. Será así porque el defensor de Cortez anticipó que está disconforme con la sentencia y pedirá su revisión al máximo tribunal local. "El sentimiento que le queda a este defensor es que las manifestaciones públicas han influido en la decisión del señor juez", dijo Villalba.

Eran las 9 y antes que declararan los últimos testigos, el defensor de Cortez, Leonardo Villalba, solicitó al juez una ampliación indagatoria para su cliente. "Quiero pedir disculpas, tengo un tormento muy grande. También falleció una sobrina mía en un accidente y sentimos el dolor que sienten ellos", explicó. "Soy un chico que estudia, que trabaja, no un asesino como dicen", afirmó entre lágrimas el acusado.

Cortez luego declaró que la noche previa al accidente estuvo cenando con su novia y amigos y que bebió unas cervezas. Que cuando regresaba a su casa luego de dejar a su madre en el trabajo, no venía zigzagueando en su auto y que recordaba solamente que dio "un volantazo".

De inmediato, gestos de disconformidad invadieron el rostro de Carolina Archerito, hermana de la víctima, quien presenció el juicio con otros familiares. La emoción también se apoderó de Berta Arredondo, la madre del imputado, y la novia del joven.

Mientras duró el debate, Cortez mantuvo todo el tiempo su cabeza gacha y los dedos entrecruzados, nervioso.

Tras el paso de los testigos, la fiscal en lo Correccional Silvina Gerarduzzi, solicitó en su alegato la pena de 3 años y 8 meses de prisión y 10 años de inhabilitación de manejar para Cortez. "Quedó acreditado que actuó de manera altamente imprudente, por manejar bajo los efectos del alcohol y a elevada velocidad. Demostrando un desprecio total por la vida de los demás y la propia".

Los abogados querellantes, Pablo Flores y José María Hidalgo, solicitaron el máximo de la pena (5 años) y el máximo de inhabilitación (10 años). Hasta el defensor pidió condena, pero el mínimo: 2 años de prisión en suspenso (sin encierro) y 5 de inhabilitación.

Hubo un intermedio antes de conocer la decisión del juez. Afuera, Remedios Moyano, madre de Celeste, esperaba nerviosa una sentencia favorable junto a unas 40 personas, entre familiares y parientes de otras víctimas del tránsito.

Después del receso, el juez Gil resolvió adherir al pedido de la fiscalía y condenó a Cortez a cumplir de forma efectiva su pena por homicidio culposo agravado por la conducción imprudente de un automotor.

Entonces hubo lágrimas, en los rostros de los familiares de la víctima y las del imputado. Y en la calle abrazos interminables entre parientes de la joven fallecida.

"Ahora sí creo en la justicia", exclamó la madre de Celeste, emocionada. Y no faltaron las caras de sorpresa entre la gente, al ver a Cortez huir a la carrera del recinto hasta unas oficinas cercanas y luego, abordando un remis para escapar del asedio de los medios. Tampoco faltó el cruce a los gritos entre ambas familias, que al final no pasó a mayores.