Un changarín empezará a ser juzgado este miércoles por haber manoseado durante varios años a cinco sobrinas. Esos delitos, en opinión de la Fiscalía, configuraron finalmente abusos sexuales gravemente ultrajantes (por su duración en el tiempo y por las circunstancias de su realización) agravados porque cuando ocurrieron él estaba a cargo de la guarda, es decir debía cuidarlas. Todo sucedió cuando las menores iban a visitar a su abuela (donde él vivía) y se quedaban en ese domicilio, en Chimbas. Las hermanas hoy tienen entre 22 y 14 años, y denunciaron haber sido manoseadas por su tío (hoy de 50 años) desde pequeñas: una dijo que sufrió esas agresiones desde que tuvo 6 años, otra refirió haber padecido esos ataques hasta cuando tuvo 17 años y se paró delante suyo tocándose los genitales, indicaron.

Una de las víctimas denunció que además de los atropellos sexuales, su tío también le daba golpes con su mano o con una manguera, para obligarla a realizar quehaceres domésticos.

Todas las hermanas coincidieron en que no quisieron denunciar por miedo a represalias, pero cuando supieron que su situación también había sido sufrida por sus otras hermanas, se animaron a reclamar a justicia y ese tío terminó preso.

Los informes psicológicos practicados en las denunciantes, son una prueba clave contra ese sujeto, que ahora enfrenta la seria posibilidad de pasar varios años en el Penal de Chimbas.

El inicio del debate, se conoció en un día judicial con varios casos de abusos (ver página 10)

Será el juez de la Sala I de la Cámara Penal, Martín Heredia Zaldo, el encargado de resolver si ese jornalero deberá o no ser condenado por esos delitos, que tienen penas de entre 8 y 50 años de cárcel, precisaron.

Quien ejercerá la representación de los intereses del ministerio público es la fiscal Marcela Torres. Y el imputado estará defendido por Cecilia Bianchi y Gabriela Sánchez.