El ladrón llegó como si nada. Hasta se dio el lujo de disimular al ver a una clienta en el almacén de Nueva Argentina al 1.768 del barrio Los Tamarindos, Chimbas. Para hacer tiempo pidió tomates, pero apenas la mujer se fue, sacó un arma y exigió plata. Y la obtuvo: Juan Antonio Mascarell (25) entregó al menos 1.000 pesos y a su mamá Angela Ponce (57) no le quedó otra que entregar sus aros de oro. El ladrón huyó en moto con un cómplice y entonces vino también la indignación de los Ponce Mascarell, porque -dijeron- se ‘cansaron de llamar’ al 911, pero la Policía recién llegó un poco más de una hora después. ‘Si llegaban ahí nomás hasta podían atraparlos, la comisaría está a sólo dos cuadras’, dijo Liliana Mascarell, indignada.