El impacto del auto contra el guardarrail fue muy violento. Tan violento, que el piso de ese viejo Peugeot 504 fue arrancado desde el asiento del conductor hasta la butaca trasera tras el choque. Es más, los asientos quedaron sueltos. La rueda delantera izquierda quedó a la altura del embrague y la otra, muy dañada. La pedalera, desapareció. El interior del coche quedó hecho un desastre y manchado con sangre. Ese era el tremendo panorama que quedó en ese vehículo que conducía ayer en la madrugada un joven y que sufrió un terrible accidente en la subida del Acceso Sur y Circunvalación, Capital. Luego de perder el control y dar contra un guardarrail del costado Norte, el Peugeot regresó al asfalto y allí fue impactado por el auto de un amigo que venía de atrás. El coche de la víctima terminó dando contra la barrera de enfrente y fue allí cuando aparentemente una de las chapas le rebanó una pierna al conductor, explicaron familiares y fuentes policiales.
Según la policía, todo ocurrió a las 6:15 en la subida que conecta la Circunvalación con el Acceso Sur. A esa hora, Andrés Soto (28 años, coordinador de viajes estudiantiles) viajaba solo por anillo interno de la avenida hacia el Este, a bordo del Peugeot 504 de Mario Soto -su padre- quien fue uno de los mejores volantes centrales de la década del ’80 y que jugó en equipos como Alianza, San Martín de San Juan, Deportivo Maipú y Godoy Cruz de Mendoza, entre otros.
La versión policial indica que el joven regresaba, al parecer, de tomar algo (adentro había un fernet) con un amigo y circulaba a alta velocidad. Cuando entró a la rampa, perdió el control en el asfalto mojado y se estrelló, señalaron en la policía.
En ese momento fue que Diego Muñoz (34), a bordo de un Renault 12, y que venía de atrás impactó a su amigo y lo mandó contra la otra barrera, explicó el ex futbolista.
Lo cierto es que el auto de Muñoz chocó al Peugeot de Soto cuando regresó a la calle y lo mandó hacia el otro guardarrail, provocando el violento impacto que destrozó el coche y que dejó al joven con su pierna izquierda mutilada -por debajo de la rodilla- en el habitáculo. Su amigo sufrió algunos golpes solamente, informaron en la policía.
"Estamos destrozados. Nunca había tenido ningún accidente y solo quiero que mi hijo salga de esta", afirmó Mario Soto, conmovido.