"No sé qué le pasó, que de la nada se me vino de frente", decía aturdido aún Darío Rodríguez, el remisero. Y es que él vio aproximarse al motociclista y en cuestión de segundos sintió el impacto en la trompa de su Volkswagen. Cuando menos lo pensó, tenía el cuerpo de esa persona golpeando y destrozando su parabrisas.
Así de tremendo fue el accidente de ayer a las 10,47 que cobró la vida de Mario Alberto Malla, de 27 años, que se estrelló de frente con su moto contra un remís de la empresa Del Valle sobre calle Hipólito Yrigoyen (ex San Miguel), entre Arenales y Belgrano, en el límite de Capital y Rivadavia, según datos policiales.
Rodríguez, de 50 años, a esa hora traía a una mujer como pasajera en el remís Volkswagen Polo, en dirección al Sur por Yrigoyen. Malla, que no tenía casco, transitaba en sentido contrario en una moto Gilera 110cc.
"Se me atravesó. Pensé que se iba a correr. Yo frené, casi alcancé a parar el coche, pero me llevó por delante. El golpe fue al medio del auto", comentó Rodríguez. Aparentemente, la moto circulaba a gran velocidad y el choque fue violento, con decir que la moto quedó despedazada. El conductor voló por el aire y rebotó contra el parabrisas. "Me golpeó casi en la cara", afirmó el remisero, que fue alcanzado por unos pequeños trozos de vidrio en sus brazos. Para cuando bajó de su remís, el motociclista estaba tendido boca arriba y ya no reaccionaba. Su gorra y sus zapatillas estaban tiradas a varios metros de su cuerpo. A los minutos llegó un móvil del Comando Radioeléctrico y de la Seccional 28va., también un equipo médico, que constató su muerte.
Al menos dos testigos observaron cuando el joven de la moto se fue de frente en dirección al auto. La sospecha policial es que la víctima posiblemente se durmió o estaba ebrio. En realidad, nada se sabía del joven. Es más, en principio, no estaba ni siquiera identificado. Recién en la tarde, supieron que se llamaba Mario Alberto Malla, indicaron en la policía.