Nahir Galarza se encuentra detenida desde el 2 de enero pasado acusada de asesinar a balazos a su novio Fernando Pastorizzo en Gualeguaychú, Entre Ríos. Por estas horas, ocupa una celda en la comisaría, la que llaman "vip", mientras avanza la investigación de lo que sucedió aquella trágica noche.

La chica pasa sus horas en la sede de policías, duerme en una pequeña cama vieja y come en una mesa de cemento, según publicó diario El Día de Gualeguaychú. Tiene un baño aparte y separado del lugar, con un inodoro y una ducha.

Galarza carece de celular, televisor y computadora, por lo que, según allegados, se mantiene callada y serena, y opta por mantener limpio el lugar, baldear y barrer.

Para matar el aburrimiento, Nahir realiza ejercicios y corre dentro de la celda que ocupa. “Hace flexiones y abdominales, pero sin elementos de gimnasia”, indicaron. La dieta es su propósito: “Sólo come la comida que le llevan los padres, que la visitan tres horas, dos veces por semana”.

La joven tiene un pequeño cuaderno donde realiza anotaciones todo el tiempo. Allegados afirmaron que su temperamento frío y fuerte la ayuda a aguantar los largos días de encierro en la comisaría. “A veces, cuando habla, parece que no cae dónde está, como si no supiera de su situación”, informó Clarín.

Galarza se convirtió en una “devota” de la numerología: ahora estudia el significado oculto de los números y la práctica de adivina “Se hizo fanática. Tiene dos libros sobre el tema que lee todo el tiempo y cuando ve a los padres, ella les hace los números”, aseguraron desde su entorno. Tampoco la joven abandona su pasión por el derecho, ya que lee novelas románticas y libros de derecho, tal como hacía durante su cursado en la Universidad de Concepción del Uruguay.

Rosita, de 24 años, es la “vecina” de Nahir en la comisaría. Ambas comenzaron a formar un vínculo de amistad: la muchacha está presa por robo y ocupa la celda contigua. "Se hablan a los gritos y charlan de todo: de ropa, de chicos y de comida. Rosita le da ánimo y la apoya", revelaron.


Fuente: Los Andes