Todo comenzó hace 12 días cuando dos personas, una de Chaco y otra de Mendoza, denunciaron que alguien había realizado un total de cinco compras con sus tarjetas de crédito en el comercio Easy de San Juan. A partir de ahí, se inició un proceso de investigación que destapó una cadena de estafas. Ayer, personal de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía, realizó 8 allanamientos en el marco del caso, detuvo a dos mujeres y recuperó elementos por un valor de $500.000, cuando se estima que el robo total podría alcanzar los $950 mil. Mientras que, las víctimas de la maniobra podrían llegar a siete.

Según informaron desde el área de la Policía que intervino, el denunciante de Mendoza afirmó en Easy que detectó tres compras que no había realizado, con dos de sus tarjetas de crédito. Mientras que, el chaqueño observó dos compras que no hizo con una de sus tarjetas.  

Al comenzar la investigación, se determinó que todas esas compras fueron realizadas de modo online entre agosto y septiembre pasados. Pero, además, se halló otras similares realizadas posteriormente, que provenían de los mismos teléfonos y que pedían que los productos se entregaran en domicilios de distintas zonas del Gran San Juan.

Con esa información se pidió autorización al Tercer Juzgado de Instrucción para realizar ocho allanamientos en la villa Mariano Moreno de Chimbas; viviendas ubicadas en calle Necochea, en Santa Lucía; y el barrio Valle Grande, de Rawson.

En una de las viviendas allanadas detectaron una construcción en proceso que estarían realizando con elementos obtenidos a través de la estafa.

En dos domicilios encontraron elementos que habían sido comprados a través de la estafa. Como consecuencia, se ordenó la detención de dos mujeres: Marcarena Zárate, de 24 años, y Beatriz Quiroga, de 29.

En estas viviendas, la Policía secuestró gran cantidad de mercadería. Entre ella, machimbre, vigas, cemento, cerámicos, media sombra, mangueras, dos lavarropas, dos aire acondicionados, una motosierra, puertas, ventanas, piletas de lona, elementos de baño (como inodoros y bidets), herramientas e incluso, adornos navideños.

Sumado a eso, la policía secuestró teléfonos y gran cantidad de chips que había en uno de los domicilios.

Cómo se realizaba la estafa

Hasta el momento, se sospecha que las llamadas y conexiones para realizar las compras se realizaron desde el Penal de Chimbas. A partir de ahí, se indicaba una dirección, un nombre y algún número de DNI, en algunas ocasiones falso. Pero, cuando desde la empresa llamaban para informar que enviarían el pedido, el “comprador”, pedía que se lo llevaran a otro lado. De ese modo, iban borrando huellas.

En cuanto a los datos de las tarjetas de crédito que usaron, investigan si los obtuvieron a través de estafas telefónicas o de otro modo.

Las autoridades creen que habría más personas involucradas y también, más afectados, por lo que la investigación sigue en marcha.