Cuatro cámaras de vigilancia, una de ellas dentro de la vivienda. Rejas en el frente y en cada una de las ventanas de la casa, y cinco perros, dos de ellos durmiendo en el interior del inmueble. A pesar de todas esas medidas de seguridad, una familia no pudo evitar que ayer en la madrugada tres delincuentes armados, encapuchados y con guantes, llegaran hasta su dormitorio y los despertaran con un arma en la cabeza, en su casa de Rawson, dentro de la cual se movieron como si conocieran todo y al final, huyeron con dos netbooks, dos notebooks, dos tablets, un DVD con las imágenes de las cámaras de seguridad, una cámara de fotos profesional, $3.100, dos costosos relojes, un monitor de 17’, un disco rígido portátil de 500 gigas, un router y dos celulares de alta gama, todo valuado en unos $30.000 por la víctima, Analía Localonga (53 años, docente).

Eran las 5.45 cuando la docente y su esposo Julio Sedán (57, jubilado, sufrió dos ACV tras la muerte de un hijo en 2010), fueron sorprendidos en su casa de calle República del Líbano 785 Este, Rawson. “Tenemos dos perras adentro y nos sorprendió que entraran corriendo y se subieran a la cama. Atrás ingresaron los ladrones y nos encañonaron. Lo que nos llamó la atención es que los perros del fondo nunca ladraron y otras cosas, como que uno de los ladrones sabía donde estaba la perilla de la luz en medio de la oscuridad o que nos pidieran el llavero del portón eléctrico para abrir”, dijo Sedán.

Aparentemente, los ladrones saltaron el portón del garaje e ingresaron por la puerta de la cocina que no estaba bien cerrada. Una vez adentro, los sujetos fueron hasta la habitación del matrimonio y los encañonaron. En ese momento, Sedán comenzó a sentir fuertes dolores en el pecho y su esposa le pidió a los ladrones que la ayudaran, pero no le dieron importancia.

El delincuente armado les pidió dinero y sus dos cómplices abrieron y revisaron el placard de la pareja. De allí sustrajeron $3.100 y dos relojes Citizen: “uno de esos relojes era un recuerdo que heredé de mi padre y el otro me lo compré hace menos de un mes”, dijo Sedán.

Luego, esos dos malvivientes fueron a una pieza contigua y sacaron el monitor donde se veían las imágenes de las cámaras de vigilancia y el DVD donde quedaban registradas. De ese sector también sacaron dos netbooks que eran del plan Conectar Igualdad que la docente había traído a su casa para que las actualizara un técnico, los celulares (uno de ellos un Samsung Galaxy SIII), las tablets y los otros aparatos, precisó Localonga.

“Creamos una casa que parece un domo de seguridad para vivir más tranquilos, pero igual nos robaron. Fue una situación horrible”, dijo la docente.