Habían pasado unos minutos de las 22,30 del martes cuando Matías Carrizo (26 años, empleado en una constructora) escuchó ruidos fuera de su casa en Remberto Baca al 909 Sur, en Trinidad, Capital. Apenas se acercó para averiguar qué pasaba, la puerta se abrió de golpe ante la tremenda patada de un delincuente que, en el acto, le pidió que se agachara. Matías dijo ayer que obedeció y que en el acto recibió violentos golpes sobre la cabeza que lo tumbaron al piso y lo dejaron sangrando y mareado. Aún indefenso, recibió otras dos patadas en la espalda mientras quedaba encañonado por uno de los ladrones. El otro, sin demora, desconectó los dos televisores de 42 pulgadas que había en la vivienda y cargó también con una tablet, y la netbook y el celular de su propiedad.
Ambos ladrones contaban con la complicidad de un tercer sujeto, porque al cabo de ese asalto que no duró ni cinco minutos, la víctima escuchó el ruido del motor de algún vehículo marcharse a toda velocidad desde la puerta de su casa.
‘Es una banda organizada. Sabían a lo que venían y lo que buscaban. A lo mejor pensaban que en la casa no había nadie porque justo mi familia había salido un momento. Hace 4 años que alquilamos acá y es la primera vez que me pasa una cosa así, pero la próxima vez no sé si me voy a quedar sin hacer nada’, dijo ayer el joven.
Y agregó: ‘En esta misma zona ya robaron días atrás en otras dos casas y es indignante que te hagan esto, porque uno consigue las cosas con trabajo para que ellos vengan y en cinco minutos te dejen sin nada. La verdad que se me cruzó hacer algo para defenderme, pero estos tipos te pegan un tiro como si nada y te matan o te arruinan, y así ¿como conseguís trabajo?’.