El resonante crimen del excampeón de patín carrera y empresario Antonio González sumó ayer un nuevo condenado: los jueces de la Sala I de la Cámara Penal, Miguel Dávila Saffe, y los subrogantes Matías Parrón y Benedicto Correa, castigaron a Jorge Atilio Quinteros a prisión perpetua, misma pena que había pedido el martes la fiscal Marcela Torres, al entender que tuvo participación principal en el homicidio, agravado por el número de personas. Los jueces también le achacaron amenazas agravadas contra el hijo de González, Emanuel, que aquella vez se salvó milagrosamente de morir baleado y acuchillado.

La acusación contra Quinteros era grave: le atribuían que el 1 de julio de 2011 llegó con su sobrino Roque Ramón Escudero (36, alias "Ramoncito") hasta las oficinas de la víctima (en Libertador 676 Este, Capital) como parte de un plan homicida para ajustar cuentas por una supuesta deuda de dinero. Esa noche, González fue asesinado de un tiro en la frente por "Ramoncito", quien en 2014 también había recibido perpetua. Otro condenado aquella vez fue Jorge Rubén Rezinovski, quien recibió 5 años de cárcel por encubrimiento agravado y tenencia ilegal de un arma de fuego.

Tras el crimen Quinteros había desaparecido. Lo capturaron en La Rioja en 2018.

El único que no había sido juzgado era Quinteros, porque luego del crimen desapareció y recién pudo ser recapturado en La Rioja en abril de 2018. El propio hombre dijo que esa noche llegó con su sobrino "Ramoncito" hasta las oficinas de González, a bordo de un Ford Escort del padre de Rezinoviski. "Esa noche les falló un flaco y me pidieron la gauchada, era ir y volver y estoy pasando una pesadilla (...) y ahora se lavan las manos conmigo", había dicho Quinteros durante el debate, donde también había detallado que fue el exdiputado provincial y prestamista Héctor "Willy" Tejada el que mandó a matar a González. Ayer los jueces ordenaron investigar nuevamente a Tejada (ya había sido citado a prestar una declaración informativa, es decir como sospechoso y con asistencia de un abogado, pero luego fue sobreseído) y también a Francisco Morales, que fue quien supuestamente manejó el Ford Escort.

Los defensores Gustavo de la Fuente y Juan Manuel Vargas habían pedido atenuar el castigo de su cliente, tratando de instalar que Quinteros había tenido una participación secundaria en el crimen. Pero no lo consiguieron. Es que la fiscal consideró probado que el hombre estaba afuera pero que entró cuando escuchó ruidos y vio que el hijo de la víctima se resistía. Ese joven durante el juicio también apuntó contra Tejada: dijo que encargó el crimen por una paliza que le dio su padre, pues lo amenazaba para cobrarse unos $250.000 de unos cheques de la Mutual Cruz del Sur que su papá le prestó a otro hombre, de apellido Tascheret, que era el verdadero deudor del exdiputado.