Había llegado el momento de que Micaela Verónica Heredia (27) le dijera al juez si ratificaba o no su intención de recibir 5 años de cárcel como partícipe principal de Héctor Guzmán (también detenido), en el brutal asalto contra un abogado de 71 años, perpetrado en la tarde noche del pasado 9 de marzo en la céntrica casa del letrado en Capital. Pero entonces se despachó con una versión que nadie esperaba: “Yo fui a cobrarle porque me debía plata por unos trabajos…, pero me opuse a que le peguen. Yo había ido varias veces y no era la única chica que iba, hasta menores iban”, dijo la imputada, para luego ratificar ante el magistrado Matías Parrón, su vinculación con ese ataque, que terminó con el robo de unos $60.000, una notebook, una navaja y otras cosas. Y, lo peor, el profesional con el hueso cúbito de su brazo izquierdo fracturado, una contusión pulmonar y otras lesiones calificadas como graves, porque demandan 35 días para que se pueda recuperar.

El juez finalmente impuso a esa joven su primera condena, que fue parte del pacto de juicio abreviado a través de su defensora, Cecilia Bianchi, con la fiscal coordinadora, Claudia Salica, y el fiscal Cristian Gerarduzzi (UFI de Delitos contra la Propiedad). En contra de la imputada, pesaban pruebas contundentes, como la versión de la víctima y cámaras de seguridad.

Durante la audiencia, la Defensa solicitó la prisión domiciliaria de su clienta, porque es madre de cuatro hijos pequeños, que ahora están a cargo de su abuela materna, que está enferma. En sintonía con la opinión de Fiscalía, el juez resolvió que ese planteo debía concretarse ante un juez de Ejecución Penal luego de que quede firme el fallo.

Ahora, Fiscalía debe resolver la situación de Guzmán que está muy complicado porque un cotejo entre su ADN con muestras incautadas en la casa del abogado José Luis Mattar, la víctima. Otros dos investigados que fueron liberados apenas se formalizó la investigación, podrían ser desligados definitivamente.