Un tribunal resolvió que una mujer condenada en 2001 a 4 años y 6 meses de cárcel por participación secundaria en el robo de $107.000 que, a punta de arma, perpetraron su exnovio y un cómplice en la sucursal del Alto del Bono Shoping del Banco San Juan, sea desligada definitivamente de ese hecho por prescripción de la acción penal. Eso significa que el Estado ya no podrá perseguirla, ni capturarla para que purgue el castigo que le impusieron. Y que en su planilla no le figurará ningún antecedente, dijeron fuentes judiciales.
El beneficio recayó en Marcela Susana Alí López. Sospechaban que tuvo una participación principal en ese asalto ocurrido el 10 de enero de 2000. Pero luego de pasar unos meses presa, un tribunal atenuó la calificación del delito (le quedó participación secundaria) y así consiguió ser excarcelada. Llegó en libertad al juicio pero el día del fallo no se presentó a notificarse y se mantuvo prófuga más de 12 años, es decir mucho más de lo permitido por ley para capturarla y meterla presa. En su caso, el tiempo válido para detenerla no debía superar los 4 años y medio, es decir un período igual al de su condena, indicaron.
‘Este fallo ratifica que mi clienta sigue amparada por el principio de inocencia y que esa condena debe considerarse como no pronunciada. En su prontuario no debe quedarle ningún antecedente’, dijo su abogado defensor Ricardo Moine.
Precisamente este letrado fue el que le pidió a los jueces Raúl José Iglesias, Juan Carlos Caballero Vidal y Silvia Peña Sansó de Ruiz (Sala I, Cámara Penal) que declaren extinguida la pena que ese mismo tribunal había aplicado a Alí López el 10 de diciembre de 2001.
Aquel día, además de López, su amiga María Ester Ruiz recibió 3 años y 6 meses también por colaborar. Las penas más duras fueron para los asaltantes Leonardo Acosta (9 años y 6 meses) y Omar Sastre (10 años de prisión). Según el fallo, Acosta y Sastre llegaron en el Fiat 128 de López hasta el estacionamiento del Súper Vea. Y, ya en el banco, Acosta encañonó al tesorero y sustrajo el dinero, mientras Sastre tomó un rehén. En plena huida abandonaron el auto de Ruiz, le dieron el dinero y las armas a Alí (andaba en moto) y siguieron la fuga en un auto de Acosta.