Cuando los policías de Leyes Especiales dirigidos por el oficial principal Oscar Sombra llegaron al garaje que alquilaba el sospechoso en Capital, para atender a la gente que iba a buscar ayuda espiritual para resolver sus problemas (amorosos, monetarios, de salud), se toparon con una cliente en espera, otra en atención y una escenografía a tono: velas de colores, frascos con raras sustancias, imágenes religiosas mezcladas con otras paganas, como "San La Muerte". Pero más de uno se sorprendió cuando encontraron un ataúd de cera con dos muñecos atados con un hilo, alrededor de una decena de fotos con alfileres clavados y varias cajas con extraños paquetes, como ropa interior envolviendo hierbas y otras sustancias, que los policías interpretaron inequívocamente como "trabajos de brujería", dijeron fuentes policiales.

El operativo se realizó el jueves alrededor de las 19.30 en un garaje ubicado en calle Rivadavia, entre avenida Rawson y Pueyrredón, Capital, lugar que además era usado también para alojarse por el sospechoso peruano, identificado como Juan Medina (41). Y ayer el juez de Faltas, Enrique Mattar, condenó al sujeto a 4 días de arrestos por explotar la credulidad pública (hacer plata con la fe de la gente), y el secuestro de los 1.000 pesos que además tenía en su poder, dinero que -según la policía- será destinado al Estado y a un organismo de bien público, posiblemente la "Casa Cuna".

Hacía dos meses que Medina estaba instalado en San Juan -dijeron- y promocionaba sus servicios de parapsicólogo a través de publicaciones en diarios y radios. Hasta lo que pudieron investigar los policías, atendía de lunes a sábado de 9 a 21, que cobraba unos 30 pesos por consulta y entre 500 y 1.000 pesos por cada "trabajo especial" que le pedían.

La aparición de los policías sorprendió a Medina, quien en principio habría intentado resistir el arresto porque desconocía que sus prácticas están prohibidas por ley en esta provincia. Su captura, los testimonios y el secuestro de la contundente evidencia de la contravención, fueron suficientes pruebas para que ayer el juez Mattar, luego de escuchar los descargos del curandero, lo condenara a 4 días de arresto y decomisara todas las cosas que empleaba para convencer a sus clientes de la eficiencia de sus intervenciones. Ahora, está preso en la Central de Policía y recién el lunes podría recuperar su libertad.