El exgremialista que estaba siendo juzgado por violar en dos ocasiones a su propia hija y por manosear a su cuñada, cuando éstas eran menores de edad, fue condenado ayer a 12 años de prisión por los jueces de la Sala III de la Cámara Penal. Su abogado defensor había pedido la absolución bajo el argumento de que es inocente; en cambio, el fiscal solicitó un castigo de 15 años de cárcel.
Los jueces Ricardo Alfredo Conte Grand, Eduardo Gil y Matías Parrón leyeron ayer al mediodía el veredicto contra este exdirigente (no se lo identifica para preservar a la víctima) del gremio de los ceramistas que está detenido desde el 14 de agosto del 2012. El hombre de 45 años fue denunciado por su mujer, que también lo acusaba de violencia de género.
Los abusos saltaron a luz en junio de 2011, cuando la mujer del exgremialista se enteró por su hermana menor que éste la había manoseado años atrás. La chica, por entonces de 19 años, le contó que todo pasó cuando tenía 12 años y que el ahora condenado la toqueteaba de noche cuando se quedaba a dormir en su casa. Esta no sería la única sorpresa, pues una de sus hijas le contó angustiada que su papá la violó dos veces cuando tenía 13 años.
A raíz de ésto, la mujer echó de la casa al exdirigente gremial y lo denunció. La causa fue investigada por juez Guillermo Adárvez, quien un año más tarde ordenó la detención del sujeto. Para él, los informes psicológicos eran pruebas más que suficientes: la hija del acusado evidenciaba un trauma producto de los abusos sexuales.
Durante el juicio, el defensor del exgremialista cuestionó esos informes psicológicos y hasta pidió la nulidad del juicio. Los jueces no hicieron al lugar y, por los visto, dieron por acreditado los aberrantes hechos que se le atribuyen.

