El acusado dijo siempre que su hermanita tenía celos de su pareja y que pudo denunciarlo porque a veces le pedía plata y él no le daba. No le creyeron y le aplicaron un duro castigo.

La jueza Silvia Peña Sansó de Ruiz (Sala I, Cámara Penal) dio ayer por acreditados los abusos sexuales continuados que soportó una niña entre los 8 y los 14 años a manos de su propio hermano. Y por eso adhirió al pedido de la fiscal Marcela Torres y condenó al acusado, hoy de 22 años, a 18 años y 6 meses de cárcel (Fiscalía había pedido 20), dijeron fuentes judiciales.

La Asesora de la Niñez, Soledad Medina, había compartido el planteo de Fiscalía y pedía además que se tomen medidas para que la niña sea separada de su hogar, en Valle Fértil, pues desde su propio entorno íntimo había sufrido presiones para que diga que había perdido su virginidad con un novio y no con su hermano. Y la chica sostuvo ese relato, considerado poco creíble pues no supo decir cómo se llamaba ese supuesto novio, entre otras contradicciones.

Sin embargo ayer, la magistrado resolvió poner a disposición a la Asesora de Menores copias del expediente, para que gestione ante otro organismo su planteo de separar a la niña de su familia.

Las presiones familiares fueron un punto medular en la investigación, desde el inicio: cuando la niña le comentó a la directora de su escuela que no quería volver a su casa porque su hermano la violaba, el caso fue denunciado por una psicóloga del municipio a la que la docente concurrió por ayuda, porque la madre de la menor no quiso denunciar.

Esa denuncia se concretó el 8 de octubre de 2016, y desde entonces se convirtió en una de las pruebas fundamentales del caso junto con el relato de la directora, pues en Cámara Gesell la niña se mostró reticente a dar detalles y sólo insistió en esa versión del novio que nadie le creyó.

Es más, durante la investigación ocurrió un planteo por lo menos insólito: los padres de la niña salieron en defensa del joven. Pidieron la extinción de la acción (es decir el sobreseimiento con archivo del caso) a cambio de $10.000 que consideraron adecuados como reparación del daño causado a su propia hija. Pero desde Fiscalía se opusieron enérgicamente por ser un pedido claramente improcedente y un juez lo rechazó.

El fallo de ayer aún no está firme.