El 10 de febrero de 2011, una mujer de 26 años y embarazada de siete meses ingresó al Hospital Cosme Argerich por una descompostura y fue violada por un camillero del nosocomio.

Ocho años después, la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional confirmó la condena de siete años de prisión para el camillero que la recibió y la violó en un ascensor utilizado para el traslado de camillas.

En su indagatoria, el imputado negó que haya existido una violación y aseguró que en realidad tuvieron sexo consentido, ya que se lo había propuesto a cambio de dinero, pero que como los $10 que le entregó le parecieron poco, porque pretendía el doble, la mujer le advirtió: "vas a ver lo que te va a pasar".

La defensa basó su argumento en el embarazo avanzado de la mujer, así como también en el hecho de que nadie la hubiera escuchado gritar y que no presentara lesiones.

Por su parte, la denunciante aseguró que intentó zafar de los brazos del camillero y que si no pudo ofrecer mayor resistencia fue porque quedó en "estado de shock" debido a que cuando era menor de edad fue abusada por un familiar.

La conclusión del tribunal, después de escuchar los testimonios y evaluar las pruebas surgidas en la causa, fue que "la tesis según la cual le ofreció sexo a cambio de dinero no sólo no fue corroborada, sino que ha sido absolutamente desacreditada".

Además, según se desprende del fallo, la defensa "tampoco ha logrado mostrar en qué se habría modificado la solución adoptada en el caso" si se toma en cuenta que la mujer trabajaba como prostituta, porque "se trata de un dato que no posee relevancia alguna a la hora de juzgar un hecho de abuso sexual con acceso carnal".