El carpintero prefirió un acuerdo de juicio abreviado en el que admitió su autoría a cambio de una rebaja de pena. Acepta 10 años de cárcel. El juez tiene la última palabra.

Ocurría cada vez que iban de visita a lo de su abuela. Entonces eran acechadas, con disimulo o abiertamente por la pareja de la mujer, hoy de 58 años. Disimuladamente por medio de juegos fingidos, en los que incluso delante de otros familiares aprovechaba para tocarles sus partes íntimas. Esos manoseos tenían un inequívoco contenido sexual cuando se quedaban a solas con él y entonces el nivel de esos ultrajes era más grave, pues los tocamientos ya no eran por encima de la ropa. Así fue, por años.

Cuando todo estalló, el 28 de sepiembre del año pasado, se supo que el carpintero había abusado de tres nietas de su pareja y de la hija de esa mujer, que ya es mayor y sufrió ultrajes más invasivos del agresor con sus dedos.

Esa joven, junto a otras dos sobrinas (una mayor, la otra de 17 años) coincidieron en que esos ataques sexuales comenzaron cuando tenían 6 o 7 años. La cuarta víctima es una jovencita de 14 años que aludió haber sido manoseada en reiteradas ocasiones desde que tenía 9 y hasta que cumplió 12 años, dijeron fuentes judiciales.

Al momento de defenderse el sospechoso nada dijo en su favor. Y aunque esa actitud no puede ser tomada como una prueba en su contra, los informes psicológicos de las niñas considerando verosímiles sus relatos y con las características de quienes han sufrido ataques sexuales, complicaron al acusado que al momento de llegar a juicio en la Sala III de la Cámara Penal, decidió evitar un juicio común y, a cambio de una rebaja de pena, admitió su autoría en un juicio abreviado junto con su intención de purgar una condena de 10 años de cárcel. Los delitos que admitió son graves: abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores agravada por ser el encargado de la guarda, contra todas las víctimas, cargos a los que sumó el acceso carnal contra la hija de su pareja, indicaron.

El acusado firmó el acuerdo para tener esa sentencia con su abogado Leonardo Villalba y el fiscal Daniel Galvani. Si el juez Eugenio Barbera no se opone a esa salida, no podrá aplicar una pena mayor al imputado.