Acorralado por la evidencia el acusado, de 22 años, admitió que intentó violar a su prima la madrugada del 17 de febrero del año pasado.

Habían coincidido en la casa de un tío en común. Él pasó la noche en esa vivienda en un asentamiento de Santa Lucía. Ella llegó allí a eso de las 6 de la mañana y decidió que quedarse a dormir allí era más práctico que esperar un poco más hasta llegar a su casa. Volvía de bailar justamente con su tío y ya se había cambiado la ropa de salir por algo más cómodo, una remera y un pantalón corto, cuando sintió que, desde atrás, le tapaban la boca con una remera y con un destornillador la amenazaban: "Si no dejás que te haga el amor te voy a matar", le dijo su primo, resuelto. "¡Soltame, qué te pasa, estás loco!", respondió al verlo totalmente desnudo en la habitación. Y no cedió. Lo agarró de los pelos para sacárselo de encima y al ver que no lo conseguía, lo tironeó de un aro y el dolor surtió el efecto. Instantes después apareció en escena la tía de ambos: "¿Qué pasa acá, que estás haciendo? ¿Estás loco?", interrogó la mujer, sorprendida también de ver a su sobrino desnudo. "Está empastillado, no sabe lo que hace", conjeturó después, ya con su sobrino en fuga.

Ese mismo día, el 17 de febrero de 2018, la joven puso la denuncia y entonces un juez ordenó detener a su primo (J.N.S. alias "Chupetón", hoy de 22 años), que en su defensa ensayó un relato poco creíble: admitió que estuvo en la casa de su tío, que se quedó a dormir allí y que no intentó violar a su prima, pues esa madrugada entró a buscar un celular a una de las habitaciones y sorprendió a la joven manteniendo relaciones con su tío.

No le creyeron, porque la versión de la chica resultó creíble para el psicólogo que la entrevistó, por las lesiones que le habían quedado en el cuerpo, principalmente las que sufrió por el destornillador empuñado por su primo. Por el relato de testigos.

Esas evidencias resultaron claves para que el joven fuera procesado y para que ahora admita su responsabilidad en un juicio abreviado que acordó con la fiscal Leticia Ferrón de Rago. En ese pacto ratificado ante el juez Ernesto Kerman, acepta cumplir 5 años y 4 meses de cárcel por el delito de tentativa de violación, agravada por el uso de un arma, dijeron fuentes judiciales.

El juez decide qué pena aplicar.