Una prueba positiva de ADN sobre la paternidad en su hijo-nieto, complicó al obrero. A través de su defensor Horacio Merino (derecha) fue a juicio abreviado.
 

La niña no supo quién era su papá hasta que tuvo 10 años y su mamá retomó un viejo vínculo sentimental con ese obrero, que hoy tiene 33 años. Al comienzo pareció una relación normal, pero por decisión paterna esos contactos tomaron carriles muy lejanos al amor filial: a los pocos días de que la chica cumpliera 13 años, el changarín aprovechó que se quedaron solos y la violó. La niña recordó con precisión esa traumática primera vez, ocurrida el 29 de diciembre de 2015. A partir de allí los abusos se repitieron con frecuencia, hasta que la abuela y la mamá de la nena notaron que estaba más rellena y no menstruaba. La grave sospecha se confirmó cuando la llevaron a un médico en un centro asistencial del departamento 25 de Mayo, y allí los médicos les dijeron que estaba embarazada y algo más inesperado todavía: la propia nena les había dicho que su propio padre era, a la vez, el progenitor de la criatura que esperaba.

Cuando la mamá de la nena interrogó a su pareja (no identificado para proteger a la menor), este le confirmó que era cierto lo que decía su hija y se fugó.

A través de una asistente social, el caso llegó a la Asesora de la Niñez Patricia Sirera. Entonces hubo denuncia y enseguida se motorizó una investigación que llevó a confirmar las sospechas contra el obrero.

Cuando el sujeto fue capturado estaba muy complicado. Y quedó más en aprietos aún cuando nació el bebé, el 16 de setiembre de 2016, y una prueba de ADN confirmó que él fue el progenitor, dijeron fuentes judiciales.

Tan contundente fue esa prueba, que cuando el caso llegó a la Sala III de la Cámara Penal, el acusado a través de su defensor, Horacio Merino, optó por no ir a un juicio común y abreviar el proceso en su contra.

En el acuerdo con el fiscal José Eduardo Mallea, aceptó su autoría en los delitos de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores, agravado por ser el padre.

También se mostró dispuesto a recibir 15 años de cárcel. Ahora, el juez Maximiliano Blejman debe resolver qué condena debe recaer contra el imputado.