Once años de cárcel. Eso es lo que está dispuesto a pasar en prisión un jachallero acusado de violar en tres ocasiones a su propio primo, menor de edad. No quiso llegar a juicio oral, de ahí que ayer optó por un juicio abreviado en el que se hizo cargo del delito de abuso sexual agravado y firmó un acuerdo aceptando esos años de condena.

La decisión ahora la tiene el juez Ernesto Kerman, miembro de la Sala II de la Cámara Penal, que el próximo 29 de este mes dará su veredicto, refrendando el acta avalada por la fiscal Alicia Esquivel y castigando a Horacio Eduardo Molina (34) con 11 años de prisión, o imponiéndole una pena menor.

Horacio Molina, un obrero rural del distrito jachallero de Tres Esquinas, está preso desde febrero del 2010, después de que fue denunciado por un tío suyo, padre del menor abusado. Según la causa judicial, el 1 de febrero de ese año, el chico -de 14 años, en aquel entonces- le contó a su madre que tenía fuertes ardores. La mujer lo revisó y vio que tenía algunas verrugas, de modo que al día siguiente decidió llevarlo al hospital de Jáchal. Un médico determinó que el adolescente había contraído una enfermedad producto de un abuso sexual.

Conocido el trasfondo, el chico confesó a sus padres que su primo lo había violado hacía dos días. Es decir, el 31 de enero, casi llegada la noche, cuando fue a la casa de su tía. Como la señora no estaba, su primo Horacio Molina le dijo que aguardara. Al rato lo mandó a comprar cigarrillos, pero a su regreso lo hizo pasar al interior del rancho y lo tomó por la fuerza para llevarlo a su dormitorio, donde lo ultrajó.

El chico relató que no fue la única vez, pues durante el 2009 su pariente lo sometió dos veces, siempre amenazándolo. La primera vez habría sido en ocasión en que sus padres viajaron a San Juan y dejaron al chico en casa de su tía. Según él, su primo lo violó en el baño. Y la otra, fue en un dormitorio. Además del examen físico que demostró que el menor fue abusado, un informe psicológico reveló que no mentía, que no fabulaba y evidenciaba signos de haber sufrido un delito sexual.

Frente a esto, Molina prefirió ir a un juicio abreviado antes de someterse a un debate abierto con la presencia de la víctima y otros testigos. Es así que ayer en la Sala II de la Cámara Penal, a través de su abogado defensor y la fiscal de cámara, firmó el acta acuerdo en el que se hace responsable del delito de abuso sexual agravado -tres hechos- y da su conformidad para aceptar un castigo de 11 años de prisión. El juez Ernesto Kerman será quien en los próximos días decida sobre la suerte de este jachallero.