Un habitante de Bermejo, Caucete, se entregó en la Central de Policía la noche del miércoles para ser investigado por el crimen de Daniel Ruarte (55), el puestero que desapareció en abril pasado de su rancho en Agua Brava (a 105 km de Angaco) y fue hallado muerto de seis disparos cerca del puesto de Ampakama (unos 50 km al Norte de Bermejo) recién el sábado pasado, luego de un rastrillaje clave de sus sobrinos Aldo y Humberto Ferreyra. El nuevo sospechoso es Enrique González (38), yerno de Martín Naveda (65) y a su vez cuñado de David (32) y Marcelo Naveda (38), también detenidos por el homicidio.
Con González preso, los investigadores empiezan a hablar de caso cerrado y sustentan una hipótesis firme: un homicidio cometido supuestamente por González en complicidad con su cuñado David, cuando Ruarte descubrió que le robaban sus vacas, precisaron las fuentes. Así, Martín Naveda y el menor de sus hijos despegarían del delito más grave. El juez Leopoldo Zavalla Pringles deberá resolver también la suerte de Alejandro Díaz, quien habría acarreado los animales robados desde Ampakama a Bermejo.
Un crimen cometido por cuatreros fue la principal sospecha de los Ruarte cuando sus sobrinos llegaron hasta su puesto a verlo, ya que en abril les había dicho que llegaría por el centro de Angaco a buscar provisiones y a visitarlos pero no lo hizo. Fueron sus sobrinos quienes hallaron las huellas de la mula de su tío detrás de los rastros de un caballo y otra mula que arriaban animales.
Y supusieron un robo ya que tres años atrás su tío alcanzó a vacunar sólo a 50 vacas porque le faltó dinero para vacunar a varias más. Tras la desaparición, de todos esos animales sólo hallaron 16 y siguieron buscando, hasta que a principios de septiembre se toparon con los cogollos de jarilla que usaba Daniel Ruarte bajo la montura, y las huellas de su mula encerrada y luego abandonada sin herraduras, para despistar. Ahí se convencieron del crimen y lo denunciaron.
Con el hallazgo del cuerpo, la teoría de un homicidio cometido por al menos dos personas tiene otra correspondencia en las pruebas: los plomos extraídos del cuerpo de la víctima serían distintos, a pesar de ser calibre 22, igual que los tres rifles secuestrados a los Naveda con 52 cartuchos en su casa de Ampakama, precisaron las fuentes.
Ayer, los sospechosos empezaron a ser indagados. González iba a declarar pero cambió de abogado y el trámite se postergó. Martín Naveda en cambio habló anoche, pero negó su vinculación al hecho, dijeron las fuentes.

