La propia huella de su zapatilla que fue encontrada en el lugar del crimen. Dos destornilladores que pertenecían a la víctima y que estaban en su casa. Y otras herramientas, también del fallecido, que fueron halladas en un descampado tras su supuesta confesión de dónde había ocultado parte del botín. Estas son las pruebas que recolectó el juez Martín Heredia Zaldo y que permitieron el procesamiento con prisión preventiva de Juan Alé, el acusado por el brutal asesinato del jubilado Antonio Tapia, el 5 de mayo último. Para el magistrado, el joven mató a su vecino de un golpe certero en la cabeza con el único fin de poder consumar el robo de sus pertenencias y sus ahorros. Le achacó el delito de homicidio agravado, que tiene pena de prisión perpetua.

Juan Pablo Alé (27) vivía en un barrio cercano a la casa de Antonio Abel Tapia (67), ese jubilado que apareció asesinado sobre su cama en la propiedad que le prestaban en el callejón Alamino, cerca de calle Mendoza, Pocito. El abuelo ya había sufrido un robo en abril y andaba con miedo. Tanto era su temor que, días antes del crimen, entregó a su hija una bolsa con $128.300 para que la guardara. De noche, conectaba un cable electrificado al picaporte de la puerta de su casa. 
Para el juez Heredia Zaldo, del Cuarto Juzgado de Instrucción, Juan Alé ya tenía en la mira a Tapia.

En su resolución indica que, cerca de las 2 del 5 de Mayo último, el joven fue a la casa del jubilado y arrancó el cable electrificado. Después forzó la puerta y fue al dormitorio. Creen que lo atacó con una masa. ‘Alé redujo a Tapia con un golpe, certero y mortal, quien debido a su estado de somnolencia y ante lo sorpresivo del ataque, ni siquiera tuvo reacción’, señaló. A partir de ahí robó dinero, herramientas y la batería de la moto.

Una pista clave fue la huella de una zapatilla Reebok encontrada en la casa del jubilado. Siete días después detuvieron a Alé, quien tenía unas zapatillas, cuyas plantas coincidían con el dibujo de esa huella hallada. Además, en su casa secuestraron 2 destornilladores que habían sido robados al jubilado. Y a través de una primera declaración del joven, hallaron una bolsa con otras herramientas de la víctima.